lunes, agosto 29, 2005

Como el vuelo de las aves

Juan Infante
Banco de Soluciones para la Erradicación de la Pobreza – BANSEP.
Fellow de Ashoka
Publicado originalmente en http://www.changemakers.net/journal/300508/discussionesp.cfm

En los últimos días un inoportuno y cruel resfrío me ha tenido tendido en cama hecho papilla impidiéndome participar en este intercambio de ideas propuesto por Ashoka. Paradójicamente, los escalofríos de la fiebre y el querer y no poder participar en el debate me llevaron a recordar una plácida mañana del 2002 cuando, caminando por una playa del norte peruano, vi una esplendida formación de aves volando a dos metros sobre el mar. Preciosa imagen que seguí con atención durante esos cinco minutos donde la vida es eterna y todo puede ser entendido.
Esas gaviotas cruzaban el cielo veloces, en formación triangular, sin hacer el menor esfuerzo. “Que poderosamente suave es la aerodinámica” – pensé. Y yo, que en esos momentos andaba buscando la manera de convencer a un equipo de decisores de cambiar de prioridades de inversión encontré la respuesta en torno a la estrategia a utilizar.
En el mundo real hay ideas que se establecen en el sentido común y están ahí, instaladas en la sociedad y en sus organizaciones, ofreciendo la mayor resistencia a los cambios. Si uno quiere vencer esas resistencias tiene que primero organizar el nuevo conjunto de ideas; segundo, expresarlas de manera simple; tercero, dar datos probatorios de lo que se sostiene y; cuarto, demostrar en la práctica que funciona.
La capacidad de vencer suavemente las resistencias al cambio es lo que permite saber si un nuevo paradigma está listo para instalarse y si es poderoso. Un nuevo paradigma tiene, en el mundo de las ideas, el efecto aerodinámico del vuelo de las aves frente al viento: fluye.
Así, una idea bien sustentada, al abrirse paso en el sentido común local, nacional o global genera las condiciones necesarias para demoler toda la estructura previamente construida.

Negocios en la Base de la Pirámide

El Profesor C. K. Prahalah al expresarlas de manera simple y recoger data probatoria en su libro “La Oportunidad de Negocios en la Base de la Pirámide”, nos regala un par de esas ideas poderosas:

1. Atender con productos y servicios a la base de la pirámide contribuye significativamente a reducir la pobreza.
2. Los clientes de la base de la pirámide serán el gran mercado de las próximas décadas.

C. K. Prahalad confirma además algunas realidades que, a pesar de ser obvias, no dejan de sorprender de la misma manera a la gente de los MBA’s y la gente de las ONG’s:

· Los “pobres” son inteligentes.
· Los “pobres” compran.
· Los “pobres” ahorran.
· Los “pobres” se endeudan y pagan.
· Los “pobres” progresan.

He visto durante muchos años mucha gente “viviendo” a costa de negar estas realidades. Mucha gente, tanto gente de empresa como gente del sector social que negando lo obvio le ha negado posibilidades de desarrollo a millones de seres humanos. Personas que incluso se molestan cuando les dices que los “pobres” dejan de ser “pobres” o que se niegan a siquiera visitar un mercado porque no se encuentra dentro de su pequeño límite de confort.
Por ello me alegra el esfuerzo del profesor de origen indio C. K. Prahalah como antes me han alegrado los esfuerzos del peruano Hernando de Soto y del bangladeshi Muhammad Yunus que desde distintos enfoques y con distintos énfasis han agitado ya las alas y hoy se deslizan “sin esfuerzo” por el mundo con sus nuevos paradigmas.

Y ahora que

Decía que cuando un nuevo paradigma se instala en el sentido común de la sociedad y sus organizaciones las condiciones están dadas para demoler el statu quo que generó el paradigma anterior. Así, las ideas sustentadas en el “Las oportunidades de negocio en la Base de la Pirámide” nos dan esa posibilidad. Gracias al libro del profesor Prahalad, rápidamente el sector privado y el sector social están cambiando su visión y entendimiento acerca de las personas que viven en condición de pobreza.
Ahora viene la dura y revolucionaria tarea de encontrar la coherencia entre la nueva idea y las acciones que desarrollamos quienes hacemos negocios y quienes deseamos una sociedad más equitativa.
A lo largo de mi experiencia promoviendo el desarrollo de la pequeña empresa en el Perú he sido testigo de cómo las buenas intenciones de implementar negocios con la base de la pirámide pueden acabar en experiencias fallidas, por supuesto, también he sido testigo y cómplice de algunas experiencias exitosas.
El formato de esta discusión no me permite extenderme en reflexionar sobre estas experiencias, pero si me gustaría terminar con dos puntos.
El primero: que el problema principal para atender la base de la pirámide está en la oferta, no en la demanda. Es decir, el problema no son “los pobres”, sino todo lo contrario, somos los “ricos”: los que tenemos acumulado el capital, el conocimiento y la palabra, seamos del sector empresarial, del sector social o del sector público. Somos nosotros los torpes que no comprendemos como tener relaciones de mercado con la base de la pirámide. Somos propietarios de la oferta pero somos incapaces de hacerla accesible a una demanda ansiosa.
El segundo: la oportunidad que abre el paradigma sustentado por Prahalad va a generar una guerra laboral intensa. Se avecina un terremoto en el mercado de profesionales de las empresas y las Ong’s. La consolidación de este paradigma va a terminar devaluando tanto el valor de los ejecutivos MBA’s como de los profesionales de las ONG’s formados en el paradigma anterior.
En los próximos años, los nuevos reyes del negocio de las consultorías de mercado, de las reingenierías empresariales, la planificación estratégica en el sector social y la docencia universitaria de negocios y la gerencia social serán unos raros y aun escasos especimenes que hasta ayer porfiaban por ser escuchados. Ellos, hasta hace poco incomprendidos, todavía no saben que su valor en el mercado ha subido considerablemente. Llegó su momento. ¡Aleluya!

Pueden incorporarse a la discusión en Changemakers.net o aquí mismo.

miércoles, agosto 03, 2005

Seguramente... (El Panteonero en San Marcos)

Escrito por Tatiana Meza Loarte, estudiante de la Universidad de San Marcos, Lima - Perú.
En www.peruenrumba.blogspot.com

Seguramente, alguna vez hemos vivido aquella situación en la que nos ofrecen un huiro, para despejarnos y relajarnos un rato, y probablemente muchos de nosotros (no digo todos) lo hemos rechazado, porque existe una conciencia creada y estimulada de que las drogas, podrían crear y en efecto, crean una adicción, con lo cual retrasarías, tu desarrollo personal, porque nos han enseñado, mal que bien, que a las drogas se les dice no.
Pero… ¿alguna vez has rechazado un vaso de “chela”? o le has dicho no a tus amigos ¿cuando te han invitado para ir a tomar? es muy probable, que no lo hayas rechazado y que hayas ido gustoso, y serán contadas las veces, que lo hayas rechazado; porque en ti, existe la idea de que el alcohol es una simple bebida que te sirve para desestresarte, para animarte un rato, en fin para olvidar tus problemas.
Y no tiene (aparentemente) nada de malo, porque no eres un alcohólico que toma todos los días, sino sólo los fines de semana, por que te invitaron a una fiesta o algún evento. Y además, la sociedad no dice nada, porque todos toman, desde el Presidente hasta las personas que recogen la basura temprano por tu casa, en efecto, la sociedad nos ha enseñado (falsamente) que el alcohol, es un gran estimulante, un ejemplo de ello sucede en la literatura, donde ha sido alabada, e incluso aclamada como un medio de vida, no en vano, al vino se le conoce como el “néctar de los dioses” y el término whisky significa en galés “agua de vida”.
Pero, el alcohol y sus efectos, tiene un alcance mucho mayor, porque como te fuiste a tomar, no hiciste ese informe o no pudiste llegar a tiempo para ver a tus hijos acostarse, y te perdiste finalmente de vivir, porque el alcohol, produce pérdida del estado de conciencia, y te fallaste y también nos fallaste.
Pero, este es un caso individual, que se reproduce en todas los estratos de nuestro país, desde las altas esferas hasta los estratos más pobres, y es justamente ahí, donde la degeneración y la miseria que producen el alcohol alcanzan niveles insospechados, por que nadie les ha dicho, que el alcohol es un problema de adicción (que quienes lo padecen difícilmente, aceptan que tienen un problema con este liquido) y que no tiene cura, y lo peor, aún, que genera la pérdida de cualidades del hombre que la diferencian de los animales (infinitos son los casos de maridos que golpean, violan y matan a sus convivientes que ni siquiera son sus esposas, porque estaban borrachos). En ese sentido, para nadie es extraño, que en la comunidades de la sierra, cuando celebran las fiestas patronales, se consuma ingentes cantidades de alcohol, y donde es natural celebrar varios días, y por lo tanto estar borracho hasta los huesos, varios días.
Lo que sucede, es que no se comprende que el alcohol detiene el desarrollo de un pueblo, de comunidades, porque vuelve obsoletas mentes lúcidas, mentes que podrían dar ideas a fin de solucionar problemas referidos a sus necesidades básicas, y como nuestras comunidades están alcoholizados y por lo tanto no pueden dar soluciones, se crea la convicción de que los peruanos necesitamos ayuda del exterior, por que son los de afuera quienes saben, mejor que nosotros nuestros problemas y nos dirán que hacer. Pero el dirán que hacer, casi todas las veces se limita a un apoyo social, de darnos un poco de comida, por que somos incapaces de desarrollarnos, de salir adelante, que con 31 dólares, que el gobierno peruano pretende dar a cada familia, en su programa de Apoyo, que supuestamente aliviará sus necesidades, pero qué pasará con el desarrollo efectivo de aquellas comunidades que se entregan al alcohol, hay posibilidad de desarrollo, de que sus hijos alcancen mejores condiciones o condiciones dignas o acabaran alcoholizados como sus padres y las generaciones que les precedieron, ¿El alcoholismo, es un problema que sólo le atañe al gobierno, a los gobiernos regionales, locales? Nos parece que no, porque en principio, el gobierno, no cree que es un problema, además existen otras cuestiones, supuestamente más importantes que resolver, somos nosotros mismos, quienes debemos enfrentar este problema, por que si me preguntan, si fue culpa tuya o mía, responderé que ¡fue culpa de todos!
Pero, nosotros, que tenemos nuestros problemas, pocas veces nos detenemos a pensar en nuestros connacionales de las comunidades más alejadas, mas no todos andamos tan a prisa, y es el caso de la iniciativa de Juan Infante y Romina Cruz y el documental El Panteonero.
Con El Panteonero, no enfrentamos con una realidad, que no queremos ver, pero urge verlo lo más pronto posible, el documental nos relata cómo una sociedad, la comunidad de Huancapi, Ayacucho, se hunde en el alcohol.


PROPUESTA
Creemos que una de las consecuencias del alcoholismo es la pérdida de la dignidad, la dignidad no es solo un valor y principio constitucional, sino un sistema dinámico de los derechos fundamentales, que sirve como parámetro del Estado y de la sociedad, pero ¿esto funciona en una sociedad alcoholizada?, No, pues la dignidad del ser humano que se asienta en valores democráticos, no existe, porque las personas están alcoholizadas, no le puedes exigir a un pueblo que alcoholizado, que piense, porque no puede.
En ese sentido, El Movimiento Sanmarquino por la Verdad – MSV, como espacio que propugna el acercamiento de los estudiantes con la realidad peruana, en la defensa de los derechos humanos, conviene a los intereses de la lucha contra abandono al alcoholismo, la comunidad sanmarquina, debe conocer más a fondo qué es lo que sucede con la comunidad de Huancapi, porque no es una realidad aislada, sino es la realidad de nuestro país.

Finalidad
Esta casa de estudios, que agrupa a diferentes clases de estudiantes, con diferentes ideologías y tendencias, es el lugar propicio, para la difusión del documental, pues como sabemos, el alcohol está en nuestra sociedad más enraizada que nunca, y los estudiantes después de ver el video se podrán ir, sabiendo un poco más de nuestra realidad, y tal vez, se logre destruir ese sentimiento de insensibilidad y de indeferencia de los peruanos hacia los peruanos.

martes, agosto 02, 2005

Entre la Corrupdura y la Corrupcracia

Juan Infante
En peruenrumba.blogspot.com/


Los astros confluyen para que sintamos que en el 2006 a los ciudadanos peruanos nos gustaría elegir entre dos opciones de gobierno: la Corrupdura o la Corrupcracia. En esa disyuntiva muchos peruanos (muchos más de los que aparecen en las encuestas) apostarían si pudieran por una Corrupdura como la experimentada durante los períodos de gobierno fujimorista. Específica y directamente si no hubiese censuras, a estos compatriotas les gustaría poder reelegir a Alberto Fujimori.
Para muchos peruanos una Corrupdura como esa tiene ventajas sistémicas frente a la corrupción de cien cabezas que ofrece la Corrupcracia de los partidos políticos. Así que, ante la inexistencia de otras alternativas, creo que vale el esfuerzo ponerse a pensar acerca de cual de estos dos sistemas de gobierno es más beneficioso para el Perú.
Si nos ponemos SERIOS y hacemos el ESFUERZO de analizar la Corrupdura, no debería sorprendernos sus altas preferencias, más bien tendríamos que hacernos un SEVERO llamado de atención: a la Corrupdura no debería desechársele tan alegre y simplonamente.
Hay ventajas en tener un sistema centralizado de corrupción: es explícito y claro, sus procesos son previsibles, uno sabe con quien hablar y las decisiones se respetan hasta las últimas consecuencias. Es el paraíso de la estabilidad, las reglas son las reglas y, una vez que están hechas a imagen y semejanza, no varían a capricho ni por negociaciones bajo la mesa ni por presión popular. Uno negocia con el jefe y gracias a ello, en cascada, hasta el último funcionario tiene muy claro como actuar y actúa sin pedirle al beneficiario nada a cambio, las órdenes superiores se respetan. El pago se efectúa a la cabeza, una sola vez y punto. Ella se encarga de repartirlo entre los funcionarios de menor rango. Será caro, pero uno paga calidad de servicio.
Los principales beneficiarios de la Corrupdura, luego de los jefes y su entorno, son los pragmáticos, una tipología de empresarios y personalidades a los que les gustan las cosas prácticas y saben que esos asuntos del mercado y la competencia son una tontería; palabras bonitas pero cojudeces al fin. Esos empresarios pueden desarrollar negocios lícitos o ilícitos, negocios fronterizos (casi ilícitos, casi lícitos) o incluso manejar una plataforma de negocios donde se combina todo. Estos empresarios basan su éxito en decisiones o ausencia de decisiones del aparato público: privatizaciones, concesiones, autorizaciones, permisibilidad ante sus monopolios u oligopolios, preferencia en las compras estatales, juicios a favor en el ámbito civil o penal, uso de la fuerza pública, etc. Siendo socio de la Corrupdura, la cancha se inclina tanto a tu favor que meter goles, ganar por goleada y ser vitoreado es fácil, facilísimo.
La Corrupdura mantiene el país ordenado y eso les gusta a los ciudadanos: gerencia y controla el narcotráfico, el contrabando y hasta la delincuencia común sin escandaletes. Da de comer y a cambio exige tranquilidad a políticos, líderes gremiales, líderes de opinión pública, etc. La gente que se une a la Corrupdura es pagada puntualmente, no necesariamente con mucho, pero con lo suficiente para progresar, comprar el auto, la casita, ir al club, viajar y finalmente veranear con casa propia.
Para que el sistema funcione eficientemente debe lograrse, además, estrecha relación con amplios sectores de la población. A esos sectores hay que nutrirlos adecuadamente y proporcionarles algo de infraestructura, regalos y discursos que los hagan sentir bien. Si la Corrupdura hace eso con eficiencia (y a nivel nacional) contará con un amplio respaldo popular y, con ello, la estructura de negocios de los miembros del cuerpo de la Corredura queda asegurada por largo tiempo.

La pobre Corrupcracia analizada como ALTERNATIVA no tiene tantas ventajas para grupos específicos. En principio, en la Corrupcracia muchos partidos y muchos miembros de esos partidos quieren sacar su tajada. No hay mando unificado ni reglas claras. Hay que pasar por múltiples cajas y el negocio puede colapsar en cualquier momento, uno no tiene control de los resultados. En la Corrupcracia los períodos de estabilidad son muy pequeños y los interlocutores en las negociaciones en el Ejecutivo pueden variar cada tres meses. Lo más estable en la corrupcracia son los Poderes Judicial y el Legislativo y en ellos, sobretodo en el segundo, siempre se puede desatar el chongo y ya sabemos que la ciudadanía tolera el robo pero no el escándalo.
La Corrupcracia genera desorden nacional. Las instituciones no funcionan ni en sus sedes centrales ni en las regionales ni locales. El saqueo es generalizado y el lema principal “coge algo mientras puedas” parece estar presente en buena parte de los escritorios y uniformes de la administración pública y esa imagen destruye cualquier intensión política de tener sectores de la población a favor. Si no eres de los Capos, los períodos de vigencia en el poder en la Corrupcracia son pequeñísimos y las disputas sangrientas.

Es está la disyuntiva a la que nos vamos a enfrentar en el 2006, sólo tenemos dos opciones ¿Corrupdura o Corrupcracia? ¿Por qué no empezamos a hablar de cómo pasar de la Corrupcracia a la Democracia? ¿Por qué los generadores de opinión pública no cambian de agenda? ¿Por qué las Universidades y los intelectuales no toman en serio sus responsabilidades?

El escenario es trágico, patético y espero haber producido por lo menos algo de escozor en tu alma. ¿No quieres ni Corrupdura ni Corrupcracia? ¿Te parece un escándalo tener sólo estás dos opciones?
El Perú merece algo mejor por supuesto. Pero todo hace indicar que en el Perú la GENTE DECENTE no tiene la fibra suficiente para enfrentarse a los pendejos. Los DECENTES no nos compramos los pleitos de manera permanente, nos vencen fácilmente, somos flácidos, cobardes, comodones.
Un país no se construye desde la comodidad de tu casa o la tertulia rajona con los amigos. Un país no se construye con una purificadora presencia eventual en las calles. Los decentes tenemos dos opciones: o asumimos nuestra complicidad con la Corrupdura o la Corrupcracia (y nos dejamos de joder) o salimos del clóset, participamos activamente en la vida pública del Perú y damos la pelea todos los días, hasta siempre.

Pdta.
Hay una generación de decentes que está en edad madura para gobernar. Espero que decidan asumir su responsabilidad este 2006.