lunes, agosto 17, 2009

Despierta Confiep, ¿qué haces por tu patria?

Estimados colegas, no hacer caso a las señales de la sociedad puede ser peor que no hacer caso a las señales del mercado.

Principios básicos que deberían gobernar a la Confiep:

1. Un gremio de empresarios está por encima de los intereses particulares de sus asociados.

2. Un gremio de empresarios debe ser el garante del desarrollo económico del país.

3. Un gremio de empresarios sabe que lo importante para el país es la sostenibilidad en el largo plazo.

4. Un gremio de empresarios debe exigir de sus analistas y consultores bastante más que “un todo está bien, no ha pasado nada”, las empresas cuidan sus inversiones, la mayoría de consultores sólo su contrato.

5. Un gremio de empresarios debe estar (y parecer estar) integrado a su sociedad.

6. Un gremio de empresarios actúa en coherencia con esos principios.

Si eso es así

1. La Confiep debería hacer una sesuda reflexión sobre la filosofía presidencial del Perro del Hortelano, el larguísimo paro amazónico y ”la batalla de Bagua”.

El negligente manejo del paro amazónico por parte del gobierno no ha sido analizado:


- No se han sacado lecciones políticas, sociales ni económicas de ese desastre social;

- No se está trabajando en algún tipo de innovación en la acción política respecto a las comunidades campesinas y nativas,

- No existe ninguna propuesta andando para el mejor manejo de relaciones sociales entre las partes involucradas: comunidades, empresas, Estado, ONG´s, partidos políticos, medios de comunicación y ciudadanos de las ciudades involucradas.

Siendo que la principal fortaleza de la economía peruana está basada en el subsuelo y la mayor parte del subsuelo explotable por las empresas dedicadas a la actividad extractiva se encuentra bajo territorio de propiedad de las comunidades campesinas y nativas,

Siendo que los territorios de la selva desean ser explotados racional (y, a veces, irracionalmente) por inversiones empresariales,

No iniciar y liderar una intensa reflexión sobre el tema (en las regiones y en la capital), es de una miopía que habla mal del compromiso de los empresarios con el país y con sus propios intereses de mediano y largo plazo.

Es urgente que la Confiep haga difusión de su doctrina y su visión del desarrollo nacional y la confronte con quienes están planteando doctrinas contrapuestas. Este camino es más lento, pero es el único, que garantiza un avance sin sobresalto.

Demasiada chatura cortoplacista nos condena a seguir viviendo en un país que avanza de sobresalto en sobresalto y que tiene un severo riesgo de retroceder hacia propuestas de manejo del Estado terriblemente perjudiciales para el desarrollo económico. Por ahora tenemos que:

- El PBI fue de -2 % en junio y está siendo explicado por el climax de las movilizaciones no sólo en la selva sino en distintas partes del Perú.

- La Policía Nacional está traumatizada y ha perdido mucha de su capacidad disuasiva.

- La capacidad mediadora del gobierno ha caído en el descrédito. El gobierno ya no es capaz de proponer el justo medio.

Pero hay daños más graves:

- la terrible muerte de los 24 policías y 10 civiles en Bagua dió la vuelta al mundo causando el peor atentado a la imagen de nuestro país (derechos humanos, inversión, turismo, representatividad gubernamental).

- la batalla de Bagua enfrentó a peruanos contra peruanos por un territorio. Y una batalla entre ciudadanos de un mismo país siempre es una gran pérdida para la nación pues genera heridas profundas. El Perú está gravemente herido y no queremos darnos cuenta.

Dos coincidentes muertes truculentas de artistas nacionales y la muerte de una celebridad internacional lograron relajar la tensión y tapar el daño momentáneamente. Pero el daño está ahí, soslayarlo, negar las evidencias como hace el gobierno no hace sino agravar el estado de anomia que se respira en el país.

Recuerden, los intereses particulares (a veces voraces) de sus asociados no pueden atentar contra la sabiduría necesaria en un gremio y los principalísimos intereses de la nación. Las blandas posturas, sugeridas por sus asesores de cabecera, los análisis ”todo está muy bien señores” de sus consultoras no tienen correlato con el clima social del interior del país.

Tomen distancia, sopesen los peligros, piensen por ustedes y actúen hoy, para no lamentar mañana. Estimados colegas, no hacer caso a las señales de la sociedad puede ser peor que no hacer caso a las señales del mercado.

2. La Confiep debe exigir que las autoridades del Estado peruano dejen de jugar al “yo no fui fue teté” en los casos de Pisco y Puno y en todo el interior del país.

Porque como principales contribuyentes son el soporte económico del Estado; porque son los principales donantes cada vez que Alan García hace una colecta pública en favor de los peruanos afectados por un desastre natural previsible y no previsible; porque uno de sus ex presidentes, Julio Favre, estuvo a cargo del Fonsur y el Fonsur ha fracasado estrepitosamente y, por tanto, la calidad gerencial del empresariado puede estar cuestionada; porque son los únicos que pueden, en estos momentos, ejercer una influencia positiva en el gobierno aprista y en los gobiernos regionales: la Confiep debe conminar al Estado peruano ha sentarse y viabilizar respuestas efectivas ante estas situaciones. Dos años es demasiado para los pobres resultados obtenidos en la reconstrucción de Pisco, tantos años con las mismas noticias acerca de niños y adultos muertos por el friaje en el sur andino es un escándalo que sólo fortalece la rabia y la indignación de los peruanos afectados contra el Estado.

¿Cómo es posible que como única respuesta a la desastrosa gestión de lo público tengamos un “yo no fui, fue Teté”? La descentralización no se hizo para ser excusa ante el desgobierno sino para mejorar el gobierno.

Estos dos patéticos - y extremadamente visibles - ejemplos de la ineficiencia en el manejo del Estado se repiten en todas las regiones del país en gran parte del manejo de lo público y ocasionan un gravísimo perjuicio a la gobernabilidad del país y a la estabilidad social de la nación. La sensación generalizada de que el Estado no funciona nos puede llevar a que la población busque soluciones imprevisibles en lo político.

Son las empresas aglutinadas en los gremios que se congregan en la Confiep las que mayor interés deberían tener porque mejore la administración de lo público en las regiones. Los políticos, las más de las veces, tienen un interés pasajero y parece que, actualmente, muy alejado de la misión del funcionario público. Cuando las papas queman, los políticos están mandando a su suerte a la Policía Nacional a dar la cara. Y el malestar social está llevando a un desborde tal, que el irrespeto a las “Fuerzas del Orden” se ha generalizado en toda la nación.

Por tanto, es hora que los gremios empresariales hagan sentir la voz de sus intereses de largo plazo y actúen en función de ellos demandando con energía pero en los causes democráticos lo que en todo el interior del Perú se está demandando con tomas de carretera, desórdenes y agravios a la Policía Nacional.

3. Si la corrupción parece estar generalizada ¿La Confiep no debe ser la principal fuerza de lucha contra la corrupción?

El Apra podrá ser muy hábil en el manejo del Congreso y en el manejo del Poder Judicial, pero ¿ha hecho algo significativo con las denuncias de corrupción? ¿Por qué están habiendo tantos problemas con las licitaciones públicas y los proceso de adjudicación de las concesiones? ¿Por qué se retrasan tanto las obras públicas? ¿por qué el dinero no se gasta, por qué se gasta mal, por qué las obras no se concluyen, por qué se hacen y deshacen?

¿Es corrupción o negligencia? Como fuese lo único que fortalece en los ciudadanos es la decepción hacia el sistema. Si por principio, un gremio de empresarios debe estar (y parecer estar) integrado a su sociedad pues es indispensable que la Confiep haga sentir su peso en la sociedad.

¿Por qué la Confiep debe hacer suya la lucha anticorrupción? Porque a estas alturas del gobierno aprista, la Confiep, es una de las pocas instituciones sociales que queda que no ha sido apabullada y obligada a pasarse al bando de “los que no están conmigo”; porque la corrupción beneficia siempre a algunas empresas y la gente asigna la responsabilidad a “todas las empresas”; y, por principios, porque nuestro sistema se basa en que el Estado no intervenga arbitrariamente a favor de unas y en perjuicio de la mayoría del sector empresarial.

La corrupción ataca el centro mismo del sistema democrático y de libre empresa y carcome, en las personas, el respeto a lo establecido.

4. Si Chávez pugna por la hegemonía continental ¿Debe la Confiep quedarse dormida?

Es claro que Chávez es un actor indirecto en la política peruana y lo será más a medida que se acerquen las elecciones. Es claro que las naciones bajo la influencia hegemónica de Chávez están cambiando las reglas de juego democráticas y violentando el sistema de libre mercado.

Es clarísimo entonces que el asunto de Chávez y sus socios locales no es sólo una disputa entre partidos políticos sino fundamentalmente una disputa de sistemas económicos y visiones de desarrollo.

Entonces, ¡a qué se debe tanta pasividad de la Confiep! No actuar hoy por coñetería, falta de visión, ausencia de inteligencia en su “inteligencia contratada” es una posible condena al oscurantismo.

5. Lo social debe ser hoy una de las prioridades de la Confiep

Señores de la Confiep, por el bien de sus empresas y por el bien del país hoy “lo social” debe ser su prioridad. Existen demasiados síntomas de anomia para que permanezcan en el letargo economicista. Ya sabemos la tarea en materia económica, la gran deuda está en lo públicoy lo social.

Dudo que sea necesario contarles nuevamente el cuento de las ranitas que se quedan dormidas en la olla de agua tibia.

Hagan algo por la patria.

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