viernes, diciembre 16, 2005

1939 – 1945


Juan Infante

La segunda guerra mundial comenzó hace 66 años. Imagino a mi padre que acaba de cumplir 70. Un hecho mundial tan traumático debe haber afectado su vida, su sociedad y de hecho la de su hijo -pienso.
Al día siguiente de mi visita a Auschwitz duermo en Poznan, una ciudad al centro de Polonia, en una cama cedida gentilmente por “Grandma”, la abuela de la casa de los Sadowsky; ella es una mujer de más de 75 años que vivió en Polonia la guerra y que hoy vive feliz, sonriente, sin memoria. Los Sadowsky, son dos siquiatras que se aman y que hace 15 años, tras la salida de los rusos de Polonia, decidieron tomar una casa deshabitada y convocar a un grupo de alcohólicos y prostitutas, a hacer vida en familia con ellos y sus tres hijas. Hoy dirigen Barka, una institución polaca llamada a transformar los sistemas siquiátricos y penitenciarios del mundo. Ellos me acogen, alimentan y educan en Poznan.
En el viaje camino a Poznan recuerdo también un libro de Tom Peters acerca de lo mal que está la educación en Estados Unidos. Se preguntaba él: ¿Cuándo se modelo el sistema educativo tal cual lo tenemos ahora? ¿Quién lo hizo y bajo que supuestos y objetivos? Un sistema educativo vigente en todo el mundo donde colocas 40 niños en un aula durante 6 horas de su vida, 11 años consecutivos a que memoricen cosas que olvidarán a los pocos años. Niños que aprendimos poco de la vida, que aprendimos poco a vivir.
Caminando por Auschwitz decido, relativizar de ahora en adelante los aportes de la civilización europea y la cultura occidental. Decido que cada vez que tenga al frente a un europeo recordaré mi día en Auschwitz.
Pero sobretodo, decido seguir siendo un hombre que le pregunta a todo su por qué.
Tenemos que ser capaces de cuestionarlo todo y atrevernos a replantear un conjunto de instituciones que ya no nos sirven o sirven para muy poco.
Somos prisioneros de instituciones diseñadas para un mundo que privilegió la guerra, y se vio confrontado por la necesidad de atención despersonalizada de heridos de guerra y víctimas de epidemias, la aparición masiva de familias en las ciudades, la burocracia, la producción en masa de bienes, etc.
Las instituciones que hoy rigen nuestras vidas no distan mucho de las existentes hace 200 años. Y caminando por Auschwitz, cruzando Polonia en tren, durmiendo en la cama de Grandma, visitando cada sede de Barka, me doy cuenta que no deberíamos respetarlas tanto.

Auschwitz II – Birkenau


Juan Infante

Detrás del arco de unos trescientos metros está Birkenau, la sede mayor del holocausto de los judíos. Ha nevado todo el día, son cerca de las cuatro de la tarde y todo comienza a oscurecer. Siguen ahí la línea de tren y la mayoría de barracones del lado derecho. Del lado izquierdo queda poco. Ruinas de la época más miserable de Europa.
En total Birkenau llegó a albergar en sus 250 barracones a 100 mil presos a la vez. Es aquí donde estaban las cámaras de gas. Dicen que en sus crematorios se podían incinerar 4756 cadáveres diarios. Los trenes de prisioneros llegaban, eran seleccionados, muchos conducidos directo a las cámaras de gas y de ahí ya cadáveres a lo hornos de incineración. Otros me imagino que estaban ahí semanas o meses y luego seguían el mismo camino. Un millón cien mil seres humanos fueron asesinados en Auschwitz, la mayoría aquí, en Birkenau.
Camino hasta el fondo y encuentro una delegación de soldados preparándose para una ceremonia. Me sorprendo cuando descubro que son soldados israelitas. Confieso que lo menos que esperaba aquí era una presencia militar y me siento agredido por su presencia uniformada. Y que ese sentimiento me incomoda pues son judíos rindiendo honores a su pueblo asesinado.
Pero también debo confesar que me entra miedo de mi color moreno, me da miedo parecer árabe, musulmán. Me da miedo que mis armas de turista, las cámaras de fotos y video los asusten. Y que su susto y mi ser marrón me metan en problemas.
En Polonia, sin hablar nada de polaco. En Polonia donde pocos hablan inglés y casi no existe persona que hable español. En Polonia que hace apenas 15 años dejo de ser territorio soviético.
¿Cómo será un calabozo polaco? ¿Qué tan amable sus fuerzas represivas? ¡Confiesa, confiesa!
Se me acerca un vigilante, me pregunta que hago mirando. Que le puedo decir que no sea la verdad, soy un turista. No le cuento que soy un turista sorprendido por la presencia de una delegación militar israelí aquí. Me alejo y me siento sospechoso. Me alejo y me sienten sospechoso. Que huevada, deberíamos darnos un abrazo todos y dar un homenaje a todos los muertos civiles de Auschwitz, guardar silencio todos los minutos necesarios y luego tratar de entendernos. Pero no podemos, nos inunda el miedo.
Sigo caminando pensando que no cargo ningún dato de la embajada peruana. Ya se hizo de noche y no llegan a ser las cinco de la tarde. Hay poca gente. Los barracones están oscuros, no hay luz, hace mucho frío. Entro en las barracas, con mi miedo de sospechoso, con dolor y con mi miedo a la oscuridad de las barracas.
Salgo ya resfriado. El taxi espera.

Auschwitz II – Birkenau





jueves, diciembre 15, 2005

Auschwitz


Juan Infante

Pain! Pain! Pain! Pain! Pain! Pain! Pronuncia un amigo polaco señalándose todas las partes del cuerpo. Entro a Auschwitz recordando esa imagen y las palabras que este colega polaco, emprendedor social asociado a Ashoka, nos dijo al final de una caminata en silencio por las calles de Cracovia: ¡Dolor! ¡Dolor! ¡Dolor! ¡Dolor! ¡Dolor! ¡Dolor! Señalando todas las partes de su cuerpo.
Dolor, pena, sufrimiento. Todavía están latentes en la Polonia del 2005 y uno lo percibe.
Auschwitz hoy recibe decenas de miles de visitantes cada año. ¿Cómo es? Tal cual lo vemos en las películas o en los documentales pero sin los protagonistas del holocausto, no están los presos ni los carceleros, sólo sus huellas, su memoria. Hoy, Auschwitz por fuera, es un conjunto de edificaciones que bien podrían pasar por un conjunto residencial o de oficinas. No es así, claro; hoy es el museo de una locura que ocurrió en Europa hace apenas 60 años.
Te inunda el silencio y el asombro.
Hace mucho frío a pesar del abrigo que llevo y apenas es noviembre.
Entro a cada edificio, leo cada letrero, miro cada sala, me sobrecoge cada ambiente. Difícil articular palabra, difícil hacer un relato.
Se calcula que en Auschwitz los alemanes nazis asesinaron a más de un millón cien mil personas. La mayoría de ellos judíos provenientes de todas partes de Europa. También gitanos y homosexuales. También lideres políticos y de la resistencia. Ciudadanos polacos, rusos, húngaros, holandeses, eslavos, alemanes.
Hace 60 años, en Europa…

lunes, noviembre 21, 2005

El trabajo te hará libre


Entrada a Auschwitz. El primero de los campos de concentración que se instalaron en Oswiecim (nombre original en polaco) daba con ese cartel la bienvenida a los prisioneros: el trabajo te hará libre.
Los primeros presos llegaron el 14 de junio de 1940. Fueron 728 polacos. Prisioneros de guerra, resistentes a la invasión alemana.
Mucha gente viene aquí ahora por su propia voluntad. Muchos polacos, muchos judíos de todas partes del mundo y muchos otros como yo.
Me gustaría encontar un alemán.
Conversar con él, que me cuente qué piensa, que siente.
Tampoco puedo dejar de pensar en Perú. De mis visitas a Cayara, a Huancapi, a Fajardo, la fosa común aun sin desenterrar que deja ver pedazos de ropa al borde del precipicio detrás de lo que fue el cuartel militar en Huancapi.
Las guerras, los aparatos represivos y militares. Los partidos políticos. Escuelitas todas, ¿de qué? ¿para qué nos preparamos con tanto afán?
Campos de concentración, campos de degradación, campos de muerte.
Hay cosas que pueden avergonzarnos por el resto de nuestras vidas. Auschwitz debe ser una de ellas. Hiroshima y Nagasaki. Ayacucho, Cayara, la Cantuta, los penales.
Pero seguimos con las mismas escuelitas, seguimos, seguimos, seguimos...

Pasmado

Llego a Auschwitz. Debería decir llegamos, pero no.
Llego.
Aquí cada quien llega solo.
El chofer nos explica en su poco inglés que sacará los boletos, que hay una película, que nos espera en el estacionamiento para ir a Auschwitz dos. Nos separamos todos. Me confundo y entro a la sala de exhibición de la película cuando tocaba el turno de la versión en polaco.
Ciento cincuenta personas comparten la sala conmigo. La mayoría jóvenes polacos. ¿Qué pensarán ellos? ¿Qué sentirán? ¿Rabia, dolor, sed de venganza, pavor, miedo, nada? No entiendo nada de lo que dicen en la película. Sólo miro las imágenes. No se si las he visto antes pero las conozco igual. He visitado los museos del Holocausto en Washington y Londres. La casa de Ana Frank en Ámsterdam. Visto películas, leido libros. Hace como 10 años que trato concientemente de entender y no entiendo.
¿Cómo los europeos, cómplices finalmente todos, pudieron hacer y vivir esto?
Pienso.
Los miro.
Hace años que los miro tratando de entender.
Y no entiendo.

Silencio

Me preparo en silencio para Auschwitz.
Trato de no involucrarme en las conversaciones de mis dos acompañantes y tampoco le hago caso a los comentarios del chofer.
Miro los campos blancos a mí alrededor.
Blanco, blanco, blanco por todos lados.
Ahora hay casas cada tramo pero supongo que no fue así en la época de la segunda guerra.
Me imagino a los soldados alemanes caminando por campos helados por la nieve. Quiero entender, pero siempre me detengo cuando me pregunto cómo los alemanes pudieron llegar a este desquiciamiento masivo. Y paso a imaginarme a los polacos, resistiendo, huyendo. Menos preparados, indignados, sin botas. Con el mismo frío, con la misma nieve, sin la locura guerrera.
Y vuelven los árboles estirando sus ramas peladas cubiertas de nieve sobre la carretera, como brazos, con sus manos y sus dedos.

Auschwitz

Juan Infante

Voy rumbo a Auschwitz en carro desde Cracovia. Es la primera vez que estaré ahí y es por seguro que no será la última. Ha nevado toda la noche y en esta mañana oscura todo está blanco y frío. En el camino, de rato en rato, bosques de árboles pelados parecen extender sus ramas a la carretera. No puedo dejar de pensar en el millón de personas que ahí murieron. Esa escultura viva me remonta a las imágenes de la guerra. A los escuálidos prisioneros que sobrevivieron y, sobretodo, a los cientos de miles que fueron asesinados. Auschwitz.

miércoles, noviembre 16, 2005

NO IMPORTA QUE HAYA ROBADO

Sandro Venturo

¡No importa que robe, lo importante es que deje obra! Esta es la frase que resume, de forma contundente, la cultura política de gran parte de los peruanos y explica, además, porqué el expresidente prófugo guarda tanta simpatía ante ese público electoral disconforme y desconfiado. La verdad es que la corrupción de los políticos es posible, además de cíclica, porque es compartida por casi todos los ciudadanos.

Es necesario reconocer que el coautor de la red de corrupción más grande de nuestra historia supo interpretar una gran demanda: la gente, no sólo los más pobres, reclama protección así como un mínimo de atención, de reconocimiento. La exclusión social es nuestro principal problema nacional. Ciertamente el gobierno anterior respondió con eficacia a esto produciendo una sensación de orden a través del control de los medios de comunicación, mientras dosificaba una forma de inversión social que, como lo han demostrado los especialistas, sólo paliaba la desesperación de los más pobres. Así, se postergó la enfermedad.

El desprestigio de los demócratas y la convicción de los autoritarios es centenaria en un país de poderosas inercias, pero esto no excluye determinar cuáles son las deudas pendientes.

En mi opinión, las principales lecciones sociológicas de los años noventa fueron: i) el Estado post-populista no tiene autoridad (ni legitimidad ni poder), ii) las organizaciones politicas no tienen ninguna capacidad de construir una nueva forma de autoridad, iii) el desprestigio de la actividad política es muy poderoso por eso todo liderazgo carismático y anti-institucional es atendido por la gente, y iv) nuestra comunidad política - aquí incluyo a todos, gobernantes y gobernados, culpables e indiferentes - no tiene una idea compartida de cuáles son los puntos mínimos para hacer viable una sociedad atrapada hace décadas por sucesivas crisis.

Esto es lo que está detrás de los sucesivos escándalos de la farándula politica: somos parte de una comunidad incapaz de generar nuevas corrientes políticas que derroten la impotencia simbólica y material en la que vivimos. Como no podemos con nosotros mismos, esperamos que venga desde afuera (literalmente desde afuera) una autoridad que restituya un orden que calme tanta desesperanza. Eso significó y significa aún Fujimori: la corrupción de nuestra capacidad para producir, por nuestra propia cuenta, el bienestar que nos merecemos.

LOS ACTORES DE LA ANTI REGIONALIZACIÓN

Sandro Venturo Schultz
Sociólogo y comunicador



A continuación algunos apuntes para quienes, en estos días, estén evaluando qué sucedió el domingo pasado en todo el país.

1. Decir que el Gobierno es el principal derrotado es una tontería que evade la gravedad del fracaso compartido. Es cierto que Toledo perdió la oportunidad de lucirse en las pantallas del noticiero nocturno con las nuevas regiones. Pero no se puede ganar ni perder cuando no se ha apostado seria y decididamente. Como bien han señalado los analistas, al carecer de una idea clara de modernización y descentralización del Estado, esta regionalización estaba condenada al artificio. Una revisión de las indecisiones de los gobiernos regionales que participaron del proceso (y también de los que se abstuvieron) muestra que en el país no existe una agenda común sobre los principales aspectos de la reforma política que reclamamos los peruanos.

2. Aquí las principales derrotadas son las élites regionales, si es que algo así existe a lo largo y ancho del país. Es una derrota histórica. Desde los años veinte del siglo pasado la bandera de la regionalización ha sido levantada con insistencia por reformistas y revolucionarios, y la “inteligencia provinciana” no ha sido capaz de liderar un proceso que debió estar bajo su interés y responsabilidad. Que estas élites achaquen la derrota del domingo al poder centralizado de Lima no deja de ser una triste constatación de su negligencia y su pavor al cambio. Terratenientes sin tierra.

3. También los partidos políticos han sido derrotados. El APRA se ha “quemado” innecesariamente, bloqueando una iniciativa legislativa que no iba a frenar al NO. Los demás (PPC, PDD, AP, SM, etc.), destacaron por su ausencia. Nunca asumieron el protagonismo de los postulados que dicen defender. Una vez más se hace evidente que no representan ni le dan forma a las expectativas de la gente. El NO del domingo pasado es una nueva y rotunda expresión de eso que los politólogos llaman “brecha entre el sistema político y la sociedad civil”. Los politicos saben que no tienen la capacidad de seducir a los electores. Juegan y se traicionan por minucias.

4. También perdió la gente. Esa que se queja eternamente de Lima y sus tentáculos. Es imposible descentralizar la política y la economía del país mientras las poblaciones de los departamentos sigan viviendo y pensando como “provincias”. Que los departamentos pequeños se rehusen a construir potentes regiones para evitar ser tragados por los departamentos grandes solo evidencia una cosa: un sentido común anacrónico y desfasado en estos tiempos de mundialización.

5. Por supuesto que falló el Consejo Nacional de Descentralización, y con él este Gobierno sin visión programática ni voces concertadas. Es sabido que los funcionarios del CND trabajan muy mal y que no existe Gobierno Regional que esté satisfecho con el acompañamiento de Thais y sus “muchachos”. También fallaron las ONG, las agencias de cooperación y las instituciones civiles (universidades, colegios profesionales, entre otros) que apostaron a este proceso: no tuvieron la fuerza necesaria para revertir tendencias estructurales que se resisten, en todo el país, al cambio.

6. Acaso donde mejor se ilustra la distancia entre los especialistas y la gente es en la pésima campaña mediática que el CND y algunas ONG desarrollaron a favor del SÍ. Imágenes y argumentos “escolares”. Incapacidad plena para asociar las demandas de la gente a la promesa de la regionalización. Publicidad del cliché. La campaña por el SÍ parecía la transcripción audiovisual de los elementales conceptos que los funcionarios del CND difundieron sin pasión ni convicción.

Afirmar, entonces, que el Gobierno fue el principal responsable y que el APRA fue el principal obstáculo, no es sino demostrar cuán despistados están los actores de esta regionalización frustrada, derrochadora, inútil. El escenario es otro. El drama es otro.

martes, noviembre 15, 2005

3 modelos de sociedad (racionalizando la biografia)

Ninguna sociedad puede sobrevivir sin resolver el problema del trabajo domestico: la cuestion fundamental de atender a las necesidades basicas y perpetuar la especie a traves del cuidado y socializacion de la prole. Sin embargo, y a pesar de su importancia, las sociedades tienden a ignorarlo o a asumirlo como un hecho dado.

Cuando pensamos en el trabajo "productivo" pensamos en el trabajo que se lleva a cabo para transformar la naturaleza e ignoramos el trabajo "reproductivo" igualmente importante.Al ignorar u obviar el trabajo reproductivo ignoramos u obviamos a quienes lo llevan a cabo, en particular los individuos cuyos cuerpos llevan a cabo el embarazo. Asumimos que las mujeres se haran cargo del cuidado de lo domestico en la misma forma natural en que sus cuerpos se hacen cargo del embarazo y el amamantamiento.

Las sociedades tradicionales naturalizan el rol de la mujer como encargada del trabajo domestico y crean redes extensas que sostienen ese trabajo invisible. Las sociedades capitalistas, que incorporan a la mujer al trabajo productivo, comparten la ceguera de las sociedades tradicionales y terminan por cargar a la mujer tanto el trabajo productivo asalariado como el trabajo domestico tradicional.

Viviendo en el Peru, una pareja profesional donde ambos conyuges estan empleados puede tener hijos a sabiendas de que hay una enorme red familiar (de mujeres) que puede hacerse cargo de los hijos mientras los dos conyuges trabajan, o de que el trabajo domestico es subvalorado cultural y economicamente, por lo que es barato encargar los hijos a criadas, amas y profesoras. Esa misma pareja viviendo en Estados Unidos sin su familia o con una familia dispersa en el pais y en la estructura laboral tiene que pagar un sueldo altisimo por el cuidado infantil, al punto que una pareja con dos hijos debe considerar muy seriamente si su presupuesto estaria mejor si solo trabajase el miembro de la pareja que gana mas y el otro (generalmente la mujer) se quedase en casa.

Otro punto en donde nuestra invisibilizacion del trabajo domestico se mezcla con la asuncion de que la mujer debe hacerlo porque es lo "natural" es la licencia de maternidad. En las sociedades tradicionales no se necesita o se obvia, porque no se espera que la mujer trabaje por un salario y -por lo tanto- necesite una licencia de nada. Las mujeres profesionales en sociedades de ese tipo tienen que negociar cada una con su empleador, y lidiar con la expectativa social que deben quedarse en casa. En las sociedades capitalistas, la licencia de maternidad es un atentado a la produccion que debe reducirse y retacearse lo mas que se pueda, porque se supone que el trabajo ocurre en la empresa, no en la casa.

La licencia de maternidad en el Peru existe en los papeles -que es lo mismo que existir a medias- y se tiene que negociar cada vez. No son pocas las empresas que la niegan, que deciden no contratar mujeres o intentan por todos los medios controlar su fertilidad para evitar perdidas de productividad. La licencia de maternidad en el estado de Nueva York es de dos semanas. Sin pago. De modo que si una mujer que trabaja quiere quedarse mas tiempo con la recien nacida, tiene que utilizar sus vacaciones (dos semanas mas). Considerando toda la retorica republicana sobre los "valores familiares" es sorprendente lo poco que ha hecho la hegemonia republicana en este pais para mejorar las condiciones concretas en las que debe vivir una familia.

El resultado neto es que -en el Peru- las mujeres profesionales dejan de ser profesionales bien pronto, con lo que se le niega al pais de un repositorio inmenso de conocimiento e innovacion posibles. En EEUU, las mujeres profesionales tienen que decidir si quieren tener familia o tener una carrera, y por eso tantas clinicas de fertilidad para mujeres que han tenido que posponer un embarazo hasta los tardios treinta o tempranos cuarenta.

Distinta es la cosa en sociedades socialistas, donde el trabajo domestico si se considera trabajo y las mujeres no son invisibilizadas. En los paises nordicos, los centros de cuidado infantil son estatales y no le cuestan un sol (o una corona) a la familia; la licencia de maternidad y paternidad son una y la misma, y se pagan a 90% del salario normal por meses. Como es esto posible? Con el pago de impuestos muy altos (impensable en EEUU) en una sociedad muy productiva (no el Peru).

De modo que una pareja dano-peruana, digamos, con una ninha en edad pre-escolar, si vive en el Peru, puede estar "bien" en el sentido de "bien" de la clase media urbana. La crianza de su hija sera presupuestalmente manejable, pero habra que estar alerta a cada una de las infiltraciones del mundo tradicional en la casa: los estereotipos que la ninha aprendera, los modelos, las frases, el comportamiento que reproducen la nocion de que son las mujeres las que hacen esto y estotro, y los hombres los que hacen aquello y lo de mas alla. La misma pareja, en Nueva York, puede buscar en el inmenso mercado de todo lo imaginable que es esta ciudad hasta encontrar el lugar que mas se adapte a sus valores, pero por un precio. Al cabo de un rato, uno de los miembros de la pareja se pone a pensar en voz alta en su blog: maldita sea, por que no tratamos con Dinamarca? El danes no puede ser tan dificil, hvad siger du, lille skat?

Pero -claro- el cambio social no es lo mismo que la migracion individual. El cambio social es hacer cambios en la sociedad en la que realmente queremos estar. Implica aprender de los modelos mas interesantes, para abrir la conversacion en la sociedad donde quisieramos construir el suenho de una vida buena y justa. Es proponer a todos los que quieren conversar que si es posible aspirar a las tres cosas a la vez: una vida familiar plena, igual desarrollo profesional para hombres y mujeres, una comunidad activa y libre. No es eso a lo que habria que aspirar?

Y tu, lectora? Y tu lector? Donde quieres estar? Y si no quieres embarcarte en un avion sino traer la sociedad justa a la puerta de tu casa, no habria que empezar por discutir estas cosas?

martes, noviembre 08, 2005

Desarrollo Rural ¿Qué haria yo si volviese a ser un extensionista?

Compartimos con ustedes un excelente artículo de Polan Lacki, investgador brasileño en temas rurales (Los peruenrumba).


Polan Lacki
Email del autor: Polan.Lack@uol.com.br

Recientemente cumplí 40 años de ejercicio como ingeniero agrónomo extensionista. He decidido celebrarlo con la siguiente reflexión: qué haría yo, si después de cuatro décadas, tuviese que empezar todo, otra vez. Si ello ocurriese yo no le echaría a los demás la culpa por los problemas de los agricultores, no pediría que los demás solucionen sus problemas, no solicitaría que los gobiernos otorguen más créditos o subsidios a nuestros productores rurales, tampoco reivindicaría que los países ricos dejasen de concederlos a sus privilegiados agricultores.

Adoptaría tal actitud por estar convencido de que, seguir haciendo estos planteamientos estériles significaria perder tiempo; y por entender que existen cosas muchísimo más constructivas que un extensionista puede y debe hacer.
En reemplazo a todo lo anterior yo trataría de desarrollar las capacidades y competencias de las familias rurales para que ellas mismas puedan resolver sus problemas, sin necesitar de ayudas externas.

Con tal fin haría algo tan sencillo como lo siguiente:

1. Invitaría a los agricultores a un diálogo franco y realista en el cual les diría, sin rodeos ni medias palabras, lo siguiente: no pierdan tiempo esperando que los gobiernos, actuales o futuros, vayan a solucionar sus problemas, pues tal posibilidad es extremamente remota; no necesariamente porque los gobernantes no quieran, sino porque no reúnen - y no reunirán en un futuro previsible - las condiciones políticas, operativas ni financieras para hacerlo.
En virtud de la crónica inoperancia e ineficiencia gubernamental les propondría que adopten la medida radical de emanciparse de la dependencia del paternalismo estatal.

2. A efectos de demostrarles que ellos pueden disminuir su dependencia de ayudas externas y que ellos mismos pueden solucionar sus problemas, les diría lo siguiente:

a) Que, sin quererlo y sin darse cuenta, ellos mismos cometen errores que son importantes causadores de sus problemas y que, como consecuencia, ellos mismos pueden y deben evitarlos o corregirlos; les diría cuáles son esos errores y cómo corregirlos.

b) Que las ayudas del paternalismo estatal no son tan imprescindibles como suele afirmarse; para confirmarlo les describiría varias alternativas tecnológicas, gerenciales y organizativas, que ellos podrían adoptar, sin necesidad de contar con decisiones políticas ni de recursos adicionales a los que ellos ya poseen.

3. Les advertiría que, en el marco del neoliberalismo y de la globalización, ellos sólo podrán sobrevivir como agricultores si son muy eficientes; pero les añadiría que necesitan ser eficientes no sólo en la producción como tal, sino también en la administración de sus fincas, en el acceso a los insumos y en la comercialización de sus excedentes. Les diría que los agricultores parcialmente eficientes o ineficientes, desafortunadamente, serán expulsados de la actividad agrícola. Sin embargo, con el fin de que todos los agricultores, inclusive los más pobres, puedan volverse más eficientes, les recomendaría iniciar dicha "eficientización", adoptando medidas sencillas y de bajo costo.

Les demostraría que, en una primera etapa de tecnificación, ellos pueden volverse más eficientes, aunque no cuenten con animales de alto potencial genético, maquinaria sofisticada ni tecnologías de punta, pues en dicha etapa, estos factores escasos y de alto costo, suelen ser prescindibles. Para demostrarles dicha prescindibilidad, les describiría varios ejemplos de medidas que, aún siendo de bajo o cero costo, son muy eficaces en el incremento de la productividad de la agricultura y de la ganadería; ídem en la reducción de los costos por kilogramo producido; ídem en la obtención de mejores precios en la comercialización.

4. Los dejaría conscientes de que en el mundo moderno el éxito económico de los agricultores depende, muchísimo más, de conocimientos adecuados que de recursos abundantes. Por esta razón les sugeriría que no pierdan su tiempo protestando enfrente al Banco Central, al Banco Rural o al Ministerio de Hacienda, por la sencilla razón de que no es allá donde están las verdaderas causas de sus problemas.

Les propondría que hagan sus protestas frente a nuestro disfuncional sistema de educación rural (escuelas fundamentales rurales, escuelas agrotécnicas, facultades de ciencias agrarias y servicios de extensión rural), porque es allá donde están las causas más profundas del subdesarrollo rural y consecuentemente allá deberán ser eliminadas. Les sugeriría que se organicen, no para mendigar migajas de créditos paternalistas, sino para exigir que estas cuatro instituciones educativas proporcionen, a los extensionistas y a las familias rurales, conocimientos útiles, aplicables y eficaces en la corrección de las ineficiencias y por ende en la solución de los problemas de los agricultores y de la agricultura.

Les insinuaría que den menos oídos a los políticos elocuentes y más oídos a los extensionistas competentes y a los agricultores más eficientes.

5. A efectos de estimularlos hacia un desarrollo más auto dependiente, les enseñaría cómo efectuar los llamados diagnósticos constructivos o proactivos, es decir aquellos diagnósticos que buscan identificar las potencialidades y oportunidades de desarrollo existentes en sus fincas y comunidades; ídem las causas generadoras de sus problemas que puedan ser eliminadas por los propios agricultores; ídem los problemas que puedan ser resueltos por ellos mismos.

Les recomendaría que eviten la mala costumbre de realizar aquellos diagnósticos "paralizantes" que enfatizan las restricciones y amenazas, las causas de sus problemas que ellos no puedan eliminar y los problemas que ellos no pueden solucionar.

Justificaría lo anterior diciéndolesque estos diagnósticos paralizantes:

i) Son inocuos e inútiles porque conducen a "soluciones" que los agricultores sencillamente no pueden adoptar y

ii) Sólo sirven para quienes buscan tener buenas excusas para no asumir como propia la solución de sus problemas.

6. Iniciaría el proceso de modernización de la agricultura utilizando plena y racionalmente los recursos que los productores ya poseen. Es decir, empezaría por incrementar el rendimiento y la productividad de los recursos disponibles, antes de reivindicar que el Estado les proporcione una mayor cantidad de factores de producción.

Les indicaría que, como regla general, es más conveniente incrementar el rendimiento de una vaca o de una hectárea de tierra que aumentar la cantidad de vacas o de hectáreas.

Les diría que sus animales suelen producir poca carne, leche o lana, no necesariamente por falta de animales de alto potencial genético o de tecnologías de punta, sino porque están hambrientos; y les demostraría que los alimentos necesarios para incrementar drásticamente los rendimientos de la ganadería pueden ser generados en sus propias fincas, a través del mejoramiento de las pasturas y de la auto producción de raciones balanceadas.

Les añadiría que si sus vacas producen 4 litros de leche al día y un ternero a cada 22 meses o si sus hectáreas de tierra rinden 3.300 Kgs. de maíz, 2.090 Kgs de trigo, 3.200 kgs. de arroz, 712 Kgs. de frejoles/porotos o 60 Kgs de carne al año (estos son los rendimientos promedio de la agricultura latinoamericana), no les faltan vacas ni hectáreas, créditos ni subsidios, maquinaria ni instalaciones sofisticadas; les faltan conocimientos, muchas veces elementales, para que ellos sepan aplicar, de manera correcta, tecnologías acordes a los recursos que ellos ya disponen.

7. Les sugeriría que, a efectos de volverse menos dependientes de ayudas externas, adopten un desarrollo más endógeno que exógeno; un desarrollo que avance progresivamente desde adentro hacia afuera, desde abajo hacia arriba, desde lo más sencillo y de bajo costo hacia lo más complejo y de alto costo.

Les recomendaría que los factores de modernización más caros y escasos sean un complemento en la introducción de innovaciones tecnológicas, y no un condicionante para empezarla; o que su falta no sea una excusa para no iniciarla.

Les demostraría que a través de esta gradualidad, el más pobre de los agricultores puede empezar a solucionar, paulatinamente, sus problemas, sin necesidad de contar con decisiones políticas, créditos, insumos de alto rendimiento e inversiones de alto costo; porque a través de tal estrategia, la primera etapa de tecnificación permite generar los recursos necesarios para financiar la segunda etapa, y así sucesivamente.

Les indicaría que esta gradualidad contribuye a romper la inercia delos agricultores más conservadores, porque elimina el pseudo motivo (falta de ayuda gubernamental) que supuestamente les "impide" asumir como suya la tarea de corregir sus ineficiencias y solucionar sus problemas.

Les demostraría que, en muchos casos, los "motivos" que ellos creen que les "impiden" desarrollarse, son más ficticios que reales.

8. Les recomendaría que saquen provecho de las extraordinarias ventajas de diversificar la producción agrícola e integrarla con la producción pecuaria también diversificada, de modo que exista una especie de simbiosis, sinergia y complementación entre ambas.

Les diría que una finca adecuadamente diversificada puede desempeñar el papel de "supermercado", de "banco de crédito rural", de "compañía de seguros" y de "agencia de empleos"; porque ella genera alimentos parala familia y para los animales, ingresos, insumos y ocupación productiva para todoslos miembros de la familia durante todos los 365 días del año.

Les diría que la diversificación es la mejor "vacuna" contra la dependencia del paternalismo estatal y contra las incertidumbres y vulnerabilidades de clima, de mercado, de plagas y de enfermedades.

Les advertiría que el monocultivo los vuelve, excesiva e innecesariamente, dependientes del crédito rural, porque suele proporcionarles apenas una o dos cosechas (e ingresos) al año, mientras que sus gastos, productivos y familiares, ocurren durante todos los 365 días del año.

Les insinuaría que si el crédito rural fuese tan eficaz como suele afirmarse, no tendríamos tantos agricultores tan endeudados.

A los productores que disponen de una superficie de tierra muy limitada los capacitaría para que puedan reemplazar los cultivos de baja densidad económica (maíz, arroz, porotos/frejoles, trigo, camote, yuca, etc.) por otros más sofisticados y de mayor densidad económica (frutas, espárragos, flores, plantas aromáticas, medicinales y ornamentales, plantones de frutales, miel, etc.) que les permitan obtener altos ingresos en pequeñas superficies.

9. Estimularía la progresiva formación de grupos asociativos para facilitar y hacer factible la solución de aquellos problemas que ellos no pueden, o no les conviene, solucionar en forma individual, como por ejemplo: las inversiones de mayor costo y la reducción de los eslabones de las cadenas de intermediación de insumos y de productos.

Les sugeriría que no sigan cometiendo el siguiente "suicidio económico"que está tan generalizado en nuestra empobrecida agricultura:

i) Vender los ingredientes de las raciones balanceadas que ellos producen en sus fincas, al primer eslabón de la cadena de intermediación, con cero valor agregado, y... algunas semanas después

ii) Adquirir las raciones, que fueron fabricadas con los ingredientes producidos en sus propias fincas, con alto valor agregado, del último eslabón de intermediación.

Les diría que si siguen practicando este individualismo autodestructivo serán cada vez más vulnerables a la acción de expropiación de las multinacionales y de los intermediarios; y que seguirán, innecesariamente, pagando los fletes, los impuestos y los peajes para transportar las materias primas desde sus fincas hasta las fábricas de raciones y desde éstas hasta sus fincas de origen; todo ello pago con el sudor, el individualismo y la ingenuidad de los agricultores.

En resumen, les sugeriría que no vendan maíz, sorgo, alfalfa, soya, etc.; y si que transformen estas "comodities" en proteínas animales y estas, a su vez, en derivados de leche y carne con valor agregado.

Observación - Cómo llevar a la práctica esta estrategia emancipadora - basada en la capacitación para el auto desarrollo, en la gradualidad tecnológica y en la
diversificación productiva - está descrito en los textos de apoyo incluidos en la
sección "Artículos" de la Página web http://www.polanlacki.com.br especialmente en
los siguientes libros:
1. La modernización de la agricultura: los pequeños también pueden y
2. Desarrollo agropecuario: de la dependencia al protagonismo del
agricultor. Este segundo libro también podrá ser "bajado" de la siguiente página
web: http://www.RLC.fao.org/prior/desrural/reforma/10014s.pdf

viernes, octubre 28, 2005

LIMA 2015

Juan Infante
(Publicado originalmente en Perú Económico, marzo 2004, con ocasión de la conferencia anual del BID realizada en Lima)

Ahora en www.peruenrumba.blogspot.com

En el 2015, dentro de apenas 11 años, Lima tendrá 10 millones de habitantes. La cifra es enorme, pero adquiere dramatismo, si tomamos conciencia que en 1940 la población de Lima era de 645 mil habitantes. Si tomamos esta fecha como punto de partida y nos proyectamos al 2015, en apenas 75 años Lima habrá crecido más de 15 veces su tamaño… y tenemos que admitirlo, la ciudad de Lima continúa en estado de asombro, sorprendida aún por este crecimiento, reaccionando siempre tardíamente a los retos que le plantean los nuevos limeños.

¡WOW!

La capacidad de consumo “de los nuevos limeños” es el más reciente descubrimiento que tiene fascinados a los empresarios, analistas de mercado e intelectuales de la Lima tradicional. Hoy día, los centros comerciales de mayor movimiento, los centros de recreación más modernos y, en general, el polo de atracción más dinámico de inversiones en Lima es lo que se conoce como el Cono Norte, cronológicamente el primer destino urbanístico de la fuerte migración provinciana que ha hecho posible la nueva Lima.
Los territorios que hoy ocupan los distritos de San Martín de Porras, Comas, Los Olivos, fueron los primeros nuevos barrios de los inmigrantes de las provincias en Lima, y hoy, debería ser indiscutible que son barrios de clase media y que incluso, algunas zonas de estos distritos agrupan a consumidores que pertenecen al segmento de más altos ingresos del Perú[1]. Los números son indiscutibles, pero al statuo quo limeño aún le cuesta asimilar las implicancias del progreso de los migrantes. La genuina – pero ingenua - fascinación con la que miran hoy al Cono Norte, da cuenta de lo lejos que estaban de los profundos procesos de cambio que ha vivido Lima y el Perú en los últimos 60 años; y esta lejanía es la principal explicación de por qué la ciudad de Lima creció violentada, desordenada y caóticamente.
Felizmente la historia del Cono Norte es irreversible, y sus consolidadas urbanizaciones de clase media, la rentabilidad de las grandes compañías de distribución minorista que han instalado sucursales ahí y la movida comercial y recreativa de la zona se erigen hoy como la prueba palpable de los logros de los provincianos en la capital peruana; como pronto, apenas los analistas y empresarios volteen los ojos, lo serán los conos este y sur de Lima.


ENERGÍA ECONÓMICA PURA

La lección principal de este exitoso (y doloroso) proceso de inserción de los provincianos en la capital del Perú, es que los provincianos migran a las ciudades principales de sus países (o a las principales ciudades del mundo) con una única voluntad: la del progreso.
Los migrantes no son invasores, aunque invaden, no son delincuentes, aunque sus propiedades suelen estar al margen de la ley, no son informales, aunque su economía se desarrolle en un gran porcentaje en un mercado que no paga impuestos, no son pobres aunque cuando llegan a la ciudad lo hacen con unos pocos billetes. Los migrantes, en primer lugar, son energía económica pura.
Si el enunciado “los migrantes llegan a una ciudad con el único propósito de progresar”, se constituyese en punto de partida de los diseñadores de políticas urbanas y sectoriales (empleo, producción, educación, salud) y de los ejecutivos de las empresas de productos y servicios masivos, otra sería Lima y la historia del suceso de la inserción de los migrantes en la urbe sería realmente exitosa. La confianza en los nuevos limeños y no la desconfianza primaría en el diseño de políticas públicas y de las políticas comerciales. La economía de nuestros países encontraría una nueva energía motora y dejaría de depender exclusivamente de las grandes inversiones transnacionales.
La gran lección que nos ofrece Lima hoy es que la energía del migrante no debe desperdiciarse, reprimirse, ni trabarse, sino más bien debe ser canalizada y sobretodo potenciada. Los países y las ciudades latinoamericanas pueden tener un motor extremadamente potente si se descubriese como potenciar la energía de sus migrantes internos.

LA PARADOJA DE GAMARRA Y LA PARADA[2]

La zona comercial e industrial de Gamarra y su vecino, el Mercado Mayorista de La Parada, ambos situados en los límites del distrito de La Victoria y el Centro de Lima constituyen los símbolos por excelencia de la nueva economía de los migrantes. Día a día estos mercados de prendas de vestir y pan llevar mueven cada uno millones de dólares y, en el imaginario de los medios de comunicación populares están poblados de “reyes”[3]. Sin embargo, los empresarios (básicamente migrantes o hijos de migrantes) y sus clientes, siguen afrontando los más elementales problemas en los servicios básicos urbanos y comerciales. El gobierno local del distrito de La Victoria[4] entrampado en una maraña de funcionarios corruptos, leyes y deudas[5] es incapaz de dar solución a los problemas básicos de manera definitiva de la zona Gamarra: seguridad, transitabilidad, orden y limpieza, problemas enunciados de manera sistemática por los empresarios en los últimos 10 años. El gobierno nacional tampoco es eficaz en la dotación de seguridad[6] y es incapaz de formalizar la economía. Lima está plagada de mercadería de contrabando y eso hace que los empresarios de Gamarra migren constantemente de la producción local a la comercialización de productos importados y de estos a los contrabandeados en un círculo poco virtuoso que los tiene siempre en el borde de la legalidad y en una tensión entre lo correcto, lo incorrecto y la necesidad de sobrevivencia: en Lima conviven las grandes cadenas de distribución (Saga Falabella y Ripley) que básicamente importan productos del Asia, la zona de Gamarra y una enorme zona liberada al contrabando en los alrededores de la avenida Grau, en pleno centro de Lima. La energía económica de los migrantes en estado puro generando un ¡sálvense quien pueda!
Con la zona del mercado mayorista de La Parada sucede algo similar. El primer mercado mayorista del Perú es un pampón de menos de 5 hectáreas con infraestructura endeble y ausencia de servicios básicos en el cada día se tranzan algunos millones de dólares. Llegar ahí a cualquier hora del día es un ejercicio de paciencia. Rodeado del mercado más grande de venta de artículos robados y de cotidianos cúmulos de basura, La Parada espera desde hace 10 años un nuevo destino, el nuevo mercado mayorista de Lima ubicado en Santa Anita. Hace más de 10 años la ciudad de Lima tiene entrampado un proyecto de trasladar este mercado a una zona dotada de la infraestructura adecuada, 10 años. Este proyecto que depende de la Municipalidad de Lima Metropolitana, fue bloqueado sistemáticamente por el gobierno de Fujimori en su eterno conflicto con el ex alcalde Alberto Andrade. Llevamos casi tres años con nuevas administraciones en lo local y nacional y se escucha poco del proyecto. Pero más allá de las bondades o defectos de ese proyecto y de la poca transparencia con el que es manejado, es evidente que una ciudad como Lima necesita un buen mercado mayorista y que los empresarios que actualmente forman parte de La Parada deberían ser los primeros interesados en promoverlo… misterios del Orinoco, hay una fuerte corriente en contra de parte de los empresarios.

EL ROL DE LAS EMPRESAS

Los inauditos ejemplos de Gamarra y La Parada se repiten en todo el Perú y, sin duda, en la mayoría de países de América Latina. Los gobiernos locales, la estructura legal y la poca comprensión de los partidos políticos y los gobiernos nacionales respecto al potencial de los migrantes, entrampa la energía económica que estos cargan.
Lo propio sucede con las compañías que manejan la proveeduría de servicios y productos básicos a los que acceden los migrantes. Me remitiré a un único ejemplo: el acceso al crédito. Es inaudito que los migrantes en las ciudades accedan a crédito a tasas de interés del 60 % al año. Es evidente que nuestros sistemas financieros nacionales están obsoletos si es que no pueden ofrecer algo dramáticamente mejor. En Bangladesh, el Grameen Bank a una población semirural, extremadamente más pobre, le ofrece una tasa del 20 %. En India, en la región de West Bengal, a unas cuatro horas por coche de Calcuta, la ONG VSSU da la posibilidad a sus clientes de ahorrar desde 3.6 dólares al mes[7]. Uno no puede progresar si para construir su casa, crear un negocio y alimentarse todos los días tiene que pagar por el dinero 60% al año. No existe ninguna razón para condenar a los migrantes a este apartheid económico donde no pueden ahorrar en instituciones confiables y el costo del dinero es del 60% al año.

LIMA 2015

Tenemos que pensar todo de nuevo partiendo de una base de confianza en los nuevos limeños y su enorme energía económica. Hay que revisarlo todo comenzando por el marco legal. Necesitamos una nueva generación de administradores locales profesionalizados que sepan como ejecutar políticas que faciliten la generación de riqueza en el ámbito local. Y por último, necesitamos una profunda renovación en el ámbito de las empresas que proveen productos y servicios que son fundamentales para el crecimiento de las economías familiares. La energía del migrante debe ser canalizada y potenciada. El 2015 está cerca, que nos reciba con todos estos problemas resueltos… hace tiempo.



[1] Para análisis de estructura de mercado de la población del Perú se considera del segmento de más altos ingresos a aquellas familias que tienen más de 2 mil dólares de ingresos mensuales.
[2] Gamarra es el centro de comercio y producción de prendas de vestir más grande de toda América Latina (17 mil tiendas) y la Parada es el mercado mayorista mas antiguo de Lima.
[3] Los medios de comunicación gustan de llamar así a los empresarios de Gamarra o La Parada cuando estos sufren algún ataque delincuencial (secuestros, asaltos, etc.).
[4] El los últimos 25 años el distrito de La Victoria ha sido administrado alternativamente por representantes de los principales partidos políticos peruanos y por independientes siempre con el mismo espantoso resultado: caos y corrupción.
[5] Los Alcaldes de La Victoria siempre señalan que están entrampados por una pesada carga laboral, una política de pensiones a sus jubilados afixiante y un monto de deuda heredada por el gobierno local anterior que siempre se encargan de incrementar y que mantienen sus cuentas en permanente riesgo de embargo.
[6] Aunque hay que reconocer que en las últimas gestiones en el Ministerio del Interior se han hecho sustantivos esfuerzos.
[7] El autor entre los meses de octubre 2003 y febrero 2004 estuvo estudiando estos servicios financieros.

EL TURISMO ES VANIDAD Y COQUETERÍA

Sandro Venturo Schultz
(Publicado originalmente en Peru21)

No existe distrito ni provincia del Perú que no considere el turismo como una varita mágica que traería, inevitablemente, progreso. Donde uno va encuentra a pobladores y autoridades locales que consideran que la laguna de patos silvestres, el resto arqueológico por excavar y el humilde plato típico de la zona; son elementos indiscutibles de una industria desaprovechada y evasiva. El turismo es una promesa nacional que descansaría sobre una base ganadora: el país está repleto de riquezas naturales y culturales que, adecuadamente expuestas, atraerían la atención de todo el mundo. En realidad, las cosas son un poco más complejas.

TRES CLAVES. En primer lugar, el turismo tiene que ver menos con el pasado y muchísimo más con el futuro. Lo saben muy bien los argentinos que han hecho de Buenos Aires una ciudad cultural y cosmopolita a pesar de su prematuro envejecimiento. Puerto Madero es la expresión de lo que los historiadores llaman “la invención de la tradición”: un simple puerto que ha adquirido una densidad turística hasta hace poco inimaginable.

En segundo lugar, el turismo, como cualquier industria, se hace desde el mercadeo. Cuando la gente viaja, está buscando aventura y seguridad, sorpresa y comodidad. La gente se “arriesga” para divertirse viviendo fantasías playeras, aventuras ecologistas o relatos museográficos. No se puede hacer turismo solo llevando a los desconcertados turistas frente a apus descongelados y “ruinas” desprovistas de teatralidad. Lo saben muy bien los mexicanos.

En tercer lugar, el turismo es una actividad orientada a los foráneos, pero determina la vida local. Las actividades que vive el viajero no son ajenas ni paralelas a la vida de los anfitriones. Por el contrario. Lo más valorado está en las calles y las plazas. Es una singular vida cotidiana lo que distingue a un buen lugar de viajes, de otro. Lo saben bien los colombianos de tierras calientes.

Así como una sola gran obra no genera necesariamente progreso, del mismo modo una maravilla arqueológica y un museo excepcional no producirán ninguna industria de turismo interesante. La clave es reinventar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Y esta reinvención tiene que suceder dentro nuestro. Mientras insistamos en definirnos según las determinaciones de nuestro pasado, las cosas no van a cambiar, ni en el turismo ni en nada.

UN HUMILDE EJEMPLO. ¿Porqué el noventa por cien de los turistas y vialeros que vienen al Perú les interesa únicamente el Cusco y no se quedan en Lima? Fácil. Por que nuestra ciudad no tiene gracia. Es una urbe que no se peina ni maquilla, que no se viste ni está preocupada en ponerse en forma. No hace de su cielo gris un detalle que contraste con la intensidad de sus colores y sabores.

El turista podría notar inmeditamente algo que nosotros en realidad escondemos porque nos cuesta reconocerlo. El Centro de Lima debería prepararse para ser presentada como la capital del Virreynato español. Edificios sobran aunque habría que empedrar el tablero para que recupere prestancia. La costa de Miraflores y Chorrillos puede, sin mucho esfuerzo, considerarse el pasadizo gastronómico del Pacífico, pero habría que lustrar sus avenidas como se hizo con La Mar. ¿Es descabellado esto?

Barranco puede convertirse en nuestro bohemio eje del diseño: muebles, ropa, artesanía. Es cuestión de acelerar el proceso. Miraflores y San Isidro bien pueden reclamarse como el punto cultural de la ciudad. Pero el Festival de Cine no debería ser el único evento regional y acaso el CC Camino Real debería transformarse en la sede de un museo nacional rodeado de cines, cafés, galerías y tiendas culturosas. La plaza de Pueblo Libre, y alrededores, bien podría ser el barrio de los dulces. Las abuelas abundan. Mientras que El Callao debería rescatar su condición de puerto histórico y el aeropuerto Jorge Chávez debería ser pensando como el punto nodal aéreo más competitivo de sudamérica. ¿Hay algo forzado en esto?

El turismo es una de las actividades económicas más creativas. Nuestra heterodoxa gastronomía y nuestra audaz informalidad son más importantes que los millones que hoy nos hacen falta. Pueden existir, sin embargo, planes e inversiones de diverso calibre, pero si no valoramos nuestra singularidad y no aprendemos a ejercer una coquetería más cosmopolita, ninguna fórmula será suficiente. Vanidad es aprender a quererse.

LA METÁFORA DEL HARTAZGO

Sandro Venturo Schultz / sociólogo y comunicador social
sv@toronja.com.pe
(publicado originalmente en Ideele)

Los peruanos solemos recurrir a la metáfora del tránsito de Lima (y otras ciudades del país) para aludir a varias de nuestras incapacidades civiles y políticas. Sin duda, cuando hablamos del interrumpido flujo de autos y peatones, nos preocupa menos la problemática vial, y mucho el caos y la precariedad de la vida, en una sociedad con serias dificultades para construir su propio orden.

¿Por qué se utiliza esta metáfora y no otra? ¿Por qué de forma tan recurrente? Acaso porque acusar el bloqueo permanente de los cruces callejeros es tratar sobre nuestra incapacidad para transformarnos en una comunidad de personas familiares entre sí, es decir, de personas que compartimos un vínculo politico de semejanza y empatía.

Sin duda, la cantidad de autos raspados y chocados, así como las alarmantes tasas de accidentes y muertes sobre ruedas, nos dice mucho sobre la negligencia de nuestras autoridades y funcionarios. También, especialmente, sobre nuestra dificultad para construir acuerdos y desplazarnos por la vida cuidando nuestra propia integridad y la integridad de quienes nos rodean.

¿Qué hacer para enfrentar este desorden y así redimir simbólicamente esa incapacidad comunitaria para realizar “lo público”, el “bien común”, el “beneficio universal”? Lo que está en juego, entre otras cosas, es la compresión práctica de elementales reglas de convivencia, a saber, que las autoridades que designamos están a nuestro servicio, que las reglas universales me protegen (y benefician) individualmente, que el orden compartido me ahorra personalmente desgastes innecesarios, que el flujo compartido hace de mi vida una experiencia menos estresante, menos angustiada, menos absurda.

Lo que se expresa con esta metáfora no plantea una relación ontológica con nuestra identidad. No seamos masoquistas. Tengo la impresión que “la imagen del tránsito” nos está invitando a reflexionar acerca de nuestra capacidad de constituir una sociedad de ciudadanos con ganas de pasarla bien, muy bien.

LA DEMOCRACIA ES UN MEDIO

Sandro Venturo
(Publicado originalmente en Peru21)

La palabra “democracia” debe estar en la lista de las más mentadas cuando discutimos sobre asuntos politicos y sociales; y debe ser, al mismo tiempo, el significante más ambiguo e inútil de la jerga de nuestra opinión pública. Y cuando uso “opinión pública” no me estoy refiriendo a la gente que va apurada por la calle sino a quienes generamos los temas de la “agenda nacional”: periodistas, políticos, sindicalistas, líderes empresariales, funcionarios de ONG y, por supuesto, voceros de las empresas encuestadoras.

Los productores de opinión olvidamos, por otro lado, que para la gente dicha noción tiene otro significado. “Democracia” sólo adquiere sentido para gran parte de nuestros conciudadanos si ésta demuestra alguna forma de utilidad y beneficio. Así de concreto. Cuánta sabiduría en ese “pueblo” convenido. El sentido común a veces es impecable: si un instrumento no funciona, resulta “racional” buscar una alternativa que incida positivamente en la vida cotidiana.

¿Qué nos está diciendo el público electoral con su valoración condicionada de la “democracia”? Algo simple. Los politicos suelen hablar de “la democracia” como un valor supremo cuando, en realidad, deberían tratarla como lo que es: una caja de herramientas.

ES UN MEDIO. La democracia es una teoría acerca del poder que se objetiva formalmente en un estatuto político, en un conjunto de reglas y procedimientos, en un documento que conocemos como “Constitución”. Ciertamente este estatuto varía según el tipo de comunidad política aludida; sin embargo, existen algunos elementos compartidos casi universalmente en esta época de telecomunicaciones revolucionarias.

El equilibrio de poderes, la libertad de asociación y expresión, la elección universal y secreta, entre tantas otras, son herramientas institucionales que configuran una forma de administración del poder que busca limitar esa propensión a la alienación que dicho poder produce en nosotros, seres finitos y limitados, personas contenidas por convenciones culturales que reprimen nuestras fantasías inconfesables.

Pues bien, ¿a qué van estas disquisiones que apasionan a todo estudiante de politología y derecho constitucional?, ¿qué relación tienen con esta coyuntura de frentes políticos que no cuajan sino en la especulación periodística?, ¿qué de nuevo tiene constatar una vez más que la noción de “democracia” de la gente difiere de la de los líderes de opinión?

PALABRAS VACÍAS. En temporadas electorales como ésta el valor de la democracia se pone en juego especialmente cuando algún antipolítico, queriendo sintonizar con el público electoral, dispara contra la ya desprestigiada democracia para ganar puntos. Una vez más los caza-encuestas no está entendiendo nada. La gente les pide otra cosa, realmente profunda.

Inclusive quienes defienden la democracia atentan contra ella cuando se prestan a dinámicas electorales que van en sentido contrario al popular: quieren gobernar en primera división cuando no han gobernado antes en segunda o tercera. Quieren defender la democracia cuando antes no han sido capaces de demostrar, en los hechos, que las reglas democráticas efectivamente sirven para algo: para construir agendas y ejecutarlas en beneficio de la comunidad que los respaldaría. Que nuestros políticos tengan tantas dificultades para tramar frentes electorales dice muchísimo de su inmadurez política y organizacional.

EL GRAN RETO. Nuestro reclamo de corto y largo plazo, y ahora me incluyo dentro del “pueblo”, es el mismo: “democracia” significa “orden compartido”. “Orden” significa “estabilidad para diseñar, ejecutar y evaluar proyectos personales y colectivos”. El gran reto de la clase política, si es que dicho grupo existe, es evitar por fin el círculo vicioso en el que están inmersos. Y para ello nada más sencillo que seguir la sabiduría popular. Tienen que demostrar que, primero, no están tan desfasados como parecen y que pueden, en segundo lugar, darle vida al estatuto por el cual supuestamente se rigen.

Esto es mucho más hermoso que jugar a los egoísmos del poder. No hay desarrollo sostenible ni prestigio honorable, sin reglas claras y compartidas. La democracia no es un valor, ni debe serlo; es un medio, una caja de herramientas.

sábado, octubre 01, 2005

TLC


Por Gastón Puente de la Vega

martes, setiembre 27, 2005

De la pirámide al reloj de arena

Juntar Competencias o permanecer en el divorcio

Juan Infante
Banco de Soluciones para la Erradicación de la Pobreza (jinfante@bansep.org)

Tengo la impresión que necesitamos hacer un esfuerzo por comprendernos mejor. El mundo del desarrollo del mercado y el del desarrollo social no son dos mundos separados. Esa división es falsa. Sin embargo, quienes actuamos liderando uno u otro sector generalmente nos vemos como enemigos irreconciliables. No existe entre ambos sectores una base de confianza que nos permita interactuar. No trabajar en construir esa relación de confianza es, a estas alturas, una irresponsabilidad. No perdemos los líderes pierden los pobres, como siempre.

Voy a decir algo que puede parecer una herejía para el sector social: quienes lideramos esta discusión estamos en la cúspide de la pirámide. Detentamos junto con los empresarios el capital financiero, el capital social, el conocimiento y la palabra. Los que estamos discutiendo somos los poderosos del planeta y no estamos tratando de ponernos de acuerdo.

Aparentemente, esto parece una discusión entre egos. El sector del desarrollo social se siente agredido porque comienza a perder el monopolio del discurso de los pobres. Adopta una posición defensiva que le impide ver una oportunidad. Por su parte, el mundo empresarial, con cierta arrogancia, comienza a pisar fuerte en el territorio social sin cuidar las formas e, ilusionado por el nuevo y valioso paradigma (Oportunidades de Negocio con la Base de la Pirámide – de C.K. Prahalad), está comenzando a moverse en el territorio social como un elefante en una cristalería. Su disposición de capital financiero se lo permite y sus estupendas escuelas no tienen aún la sensibilidad para ayudarles. Por la gente, por los pobres, deberíamos buscar trabajar en conjunto.

Un sinfín de oportunidades

Soy de los que cree que la cima de la pirámide si bien no ha agotado su capacidad de consumo debe, por responsabilidad con el planeta, reducirla radicalmente (ver http://www.noconsumo.blogspot.com/). Pero esa, siendo una discusión trascendental pertenece a otro debate, un debate (una lucha) que involucrando a todo el género humano, se dará en la cima de la pirámide.

Sin embargo, los pobres, la base de la pirámide, deben de ser proveídos de muchos servicios y productos. Hay una deuda pendiente que la globalización ha hecho evidente como problema de todos. Agua, energía, nutrición adecuada, conocimiento, salud, capital, justicia, gobernabilidad, tecnología, vivienda, cultura, vestido, entretenimiento..., forman parte de la agenda pendiente para dos terceras partes de los seres humanos. Y eso ha dejado de ser un problema exclusivo de los gobiernos nacionales para convertirse en un problema global.

Paradójicamente siendo un problema global, se resolverá en buena parte localmente. Y aquí, hay espacio no sólo para las transnacionales sino, me atrevo a decir, principalmente para los agentes económicos locales.

Por ello, más que resistirnos al discurso de la gran empresa (que está vez ha dado un gran salto paradigmático), debemos exigirnos por desarrollar nuestra imaginación empresarial y aplicarla para servir a los pobres y para que ellos se sirvan entre sí. Retraernos – ambos bandos - por opción ideológica (o por un pleito histórico) más que ayudar, contribuirá, en primer lugar, a que no se mejoren las condiciones de vida de los pobres y, en segundo, a que sigamos trasladando buena parte del capital al primer mundo.

Así que propongo que dejemos de pensar por un rato en las transnacionales y pensemos en todo lo que podríamos hacer para desarrollar el mercado de la base de la pirámide. Propongo, y este concepto gráfico ha sido trabajado en conjunto con el pintor peruano Luis García-Zapatero, que volteemos la pirámide y le hagamos un huequito a lo que era el vértice superior, la cima, para así podamos construir un reloj de arena.

Llenemos la base de la pirámide de productos y servicios relevantes. Esa mis queridos amigos, es una imagen que nos puede gustar a todos, o por lo menos, a muchos más.

Pueden seguir este debate en http://www.changemakers.net/ (en la sección “español”), también (con gráfico incluido) en http://www.peruenrumba.blogspot.com/ (ahí también encontrarán el artículo previo: “Como el vuelo de las aves”).

domingo, setiembre 25, 2005

Dejaron para mañana lo que debieron demostrar hoy

Sandro Venturo Schultz / Toronja
(Publicado originalmente en Peru21)

Todos somos conscientes de la precariedad institucional en la que vivimos. La gente no confía en los políticos y ellos lo saben. Los posibles candidatos corren lento para no desmarcarse. Ninguno quiere quedar en posición adelantada. El aspirante con mejores posibilidades debe ir segundo y esperar el último tramo para apostar toda la pequeña aceptación que haya acumulado dos semanas antes de las elecciones. Es evidente que están esperanzados en repetir el “efecto Fujimori”, la “carambola Toledo”, esto es, en ganar aprovechando la antipatía del oponente.

Esta es, sin duda, la temporada electoral menos electoral que hemos vivido en las últimas décadas. Las encuestas destacan repetidamente la incapacidad de nuestros políticos: no pueden convencer al electorado de las bondades de su liderazgo; por eso, saben que dependen del gesto efectivo y el azar histórico.

Lo mismo traman los “antipolíticos”. Ellos fantasean que podrán enganchar con el público (digo “público” y no “ciudadanía”) a mediados del próximo verano y así reflejar (digo “reflejar” y no “representar”) el ánimo popular. A diferencia de los políticos que temen al éxito prematuro de las encuestas, los antipolíticos están peleando por esos 3 puntos que los pongan dentro de la pantalla de televisión. Honorable audacia.

SIN PROPUESTAS. Los candidatos no han construido las representaciones políticas sobre las que deberían descansar sus pretensiones y, ahora, se ven atrapados en un juego donde sus posibilidades electorales no dependen ni de su capacidad de formular soluciones ni de su creatividad para difundirlas persuasivamente.

Peor aun. Los políticos y los antipolíticos no están ofreciendo interpretaciones inteligentes del país porque no lo conocen. No están planteando propuestas de mediano plazo porque no las tienen. Su única preocupación es evitar el rechazo de la gente y para ello recurren a la pose constructiva y a la retórica política “anti-tradicional”.

Si faltando ocho meses para las elecciones no se han iniciado las campañas respectivas es porque nuestra clase política (vieja o nueva, partidarizada o independiente, con experiencia o sin ella) está demostrando una incapacidad suprema para construir canales políticos de articulación y acción congruentes. Es decir, condiciones propias que estén a la altura de los retos que nuestra comunidad nacional demanda.

SIN CONVICCIÓN. Nuestros políticos y antipolíticos han tenido tiempo de sobra, en estos cinco años, para construir organizaciones suficientemente integradas, propuestas programáticas más o menos claras, alianzas realmente amplias y democráticas.

¿Si no han tenido capacidad para construir una institucionalidad política propia, si no han constituido sus propias escuelas de gestión programática, si no han sentado las bases de su propio liderazgo político, qué podemos esperar de su pretensión de administrar el poder que les delegaremos? ¿Cómo promover el desarrollo, regular la vida social, proteger a los ciudadanos, entre otras funciones públicas elementales, si no son capaces de transformar su propia práctica política?

Su negligencia es, a todas luces, ejemplar. En el Perú cualquier persona que ha destacado con alguna forma de liderazgo cree luego que puede llevar ese brillo a la Presidencia o al Congreso. Y sabemos que para hacer política se requiere algo más que voluntarismo y sueños de grandeza. La experiencia de la gestion pública es muy distinta a la gestión empresarial o social. Hay que construir instituciones, convenir metas, plazos y reglas… y cumplirlas. Hay que lidiar con el poder, dentro y fuera de nosotros.

Nuestros candidatos, salvo alguna excepción, se alienan con sólo pretender alguna forma de trascendencia. Como nuestro Presidente, se agotan con solo cumplir el sueño de la banda presidencial propia. La misma inmediatez en la que viven la mayoría de nuestros conciudadanos es la misma en la que se estresan nuestros políticos.

La sociedad peruana no ha construido nuevas representacciones políticas. Este es, nuevamente, el problema de fondo en esta invisible temporada electoral.

El Presidente Espejo

Sandro Venturo Schultz
sv@toronja.com.pe
(Sandro Venturo nos alcanza este artículo publicado originalmente en Peru21)


Todo empezó con esa carambola histórica que llevó a Alejandro Toledo a encabezar la lucha contra la dictadura-en-democracia de Fujimori. Él expresaba, con ardiente histrionismo, al cholo exitoso y corajudo que destaca entre nosotros como profesional orgulloso y emergente, como pequeño empresario luchador, como empeñoso dirigente de base con proyección regional. Sin embargo, una vez elegido Presidente, Alejandro demostró que la banda presidencial le quedaba grande. Muy grande.

EL MODELO NEGADO

Entonces notamos que era impuntual, como lo somos (casi) todos. Descubrimos que era mujeriego, como todos esos señores que vociferan sus hazañas en cualquier sauna de Lima. Luego supimos que no quería reconocer a su hija biológica, y constatamos una vez más que personajes así existen por doquier en nuestros barrios. Finalmente, lo encontramos frívolo, acomplejado, empequeñecido. Ahora piense usted en los funcionarios públicos que viven dentro del ministerio mordiendo su suerte, en los muchachones de la promoción que necesitan enumerar sus logros para convencerse a sí mismos de su efímero éxito, en los gerentes que revientan la tarjeta de crédito de la empresa ante unas deliciosas parrillas a cambio de nada.

Observándolo como estadista, tenemos a un político bastante hábil en el uso de clichés sin gancho. Una “autoridad” sin capacidad de ejercer la autoridad que le encargamos. Entonces rememoro a esos empresarios que hablaban de reingeniería sin aplicar ninguna forma de ingenio, que dan una orden y a la semana siguiente dan otra, contraria. Escucho a Toledo actuando una nueva exageración de su personaje y no puedo evitar el recuerdo de cientos de alcaldes y directores de escuela que hablan con la misma retórica hueca, y la misma voz afectada.

Toledo toma decisiones extemporáneas y destruye sistemáticamente la organización política que él ha creado. Afirma que no tolerará algo que luego acepta sin ningún tipo de pudor. Pues bien, hay que tomar en cuenta que contamos con una amplia gama de jefes que se despliegan con tal arbitrariedad que debilitan las organizaciones que ellos dirigen. Minan la dignidad de sus empleados. Ceden ante el chantaje. Desconocen las responsabilidades que han delegado. Trato de listar los defectos que acusamos del Presidente y para cada uno de ellos encuentro el par correspondiente entre nosotros, los cebicheros.

Lo que no nos gusta de Alejando Toledo es que expresa hoy, mejor que nadie, eso que rechazamos de nosotros mismos. Por eso lo negamos. Por eso lo toleramos. Toledo, como el resto de nuestros políticos proviene de nuestros hogares, barrios y clubes; de nuestras empresas y centros de trabajo, de nuestras instituciones. Es el espejo de una dimensión de nosotros, los futboleros.

UN ABANICO DE POSIBILIDADES

Si hiciéramos una tipología de los políticos nuestros de cada día, encontraríamos que expresan muy bien a los distintos tipos de gente que conocemos. Ahora Toledo nos preside y por ello es el foco de nuestras obsesiones. ¿Qué pasará con nuestro gran Alejandro? Nunca se sabe. Todavía puede sorprendernos.

¿Qué pasará, en cambio, con nosotros, miembros de una comunidad política amateur? Quienes no estamos jugando a solas y buscamos intervenir en la vida pública, necesitamos aprender a actuar de forma radicalmente reflexiva. Considero saludable para toda persona con voluntad política, revisar crítica e implacablemente nuestra educación cívica práctica. Los modelos de liderazgo así como la cultura organizacional que caracteriza a nuestras organizaciones produce estas formas de liderazgo que elegimos o aceptamos, y que al mismo tiempo aborrecemos. Pensar en nuevas formas de liderazgo, en nuevas dinámicas y reglas institucionales, supone reformar aquellas prácticas organizacionales que configuran nuestras costumbres y modelos cotidianos.

Nos queda juzgar en las urnas a Toledo y a sus precarias pandillas el próximo año. Y en ese momento estaremos renegando de un estilo de liderazgo que compartimos fielmente y que seguirá un buen tiempo entre nosotros.

viernes, setiembre 09, 2005

Los jóvenes de Cayara

Estos son parte de los jóvenes que estudian del primero al quinto de secundaria en el Colegio de Cayara. Los conocí hace unos meses cuando viaje a presentarles el documental El Panteonero. Chicos inteligentes todos ellos. Fue agradable oirlos decir: "tenemos que ayudar a nuestros padres". Como saben El Panteonero (Romina Cruz, Juan Infante) trata sobre el alcoholismo en los andes peruanos.
Buena parte de nuestros compatriotas en los andes están bebiendo alcohol de 96 grados mezclado con agua. Bebiéndolo en grandes cantidades. Ese alcohol sirve como insumo industrial y evidentemente no es apto para consumo humano, sin embargo, a vista y paciencia de todos (autoridades y sociedad) se vende en grandes, enormes cantidades en las ciudades Ayacuchanas. Es un "negocio inmoral" pero el sector empresarial es incapaz de denunciar a los empresarios que están lucrando con él. Esta es una verdad hoy en Ayacucho. Esta es una verdad hoy en los Andes peruanos. Ya lo sabes, ya eres cómplice. No esperes nuevamente 20 años para darte golpes en el pecho. Ayuda hoy a liberar del alcoholismo a nuestros compatriotas en los andes.

martes, setiembre 06, 2005

Jaque de la Naturaleza

Escrito y enviado por Eduardo González Cueva
Publicado originalmente en "La torre de marfil" blog de análisis sobre la vida en Estados Unidos (http://www.eduardo33.blogspot.com)

Todo jugador de ajedrez sabe que las decisiones equivocadas se pagan. Lo que se hizo al principio del juego no se puede deshacer después, en los momentos críticos. ¿Qué hace ese peón perdido por ahí cuando tenía que protegerme? ¿Porqué no puedo mover a la torre cuando la necesito?
Eso exactamente le está pasando al Sr. Bush ahora que la naturaleza le está pasando la cuenta con la catástrofe de Nueva Orleans. Como la prensa se demora en reportar estas cosas, vale la pena recordar a los lectores que -además de la evidente catástrofe humana- hay una catástrofe económica muy seria en lo que ha ocurrido. El golfo de México produce el 10% del petróleo y gas natural que EEUU consume y, luego de la tormenta, su producción se ha recortado severamente: varias plataformas petroleras están a la deriva en el mar, lo mismo que contenedores y tanques. Por los puertos de NuevaOrleans, Mobile y Houston pasa una cantidad considerable de los bienes que consume la economía del país. El puerto de Nueva Orleans -que ha quedado inutilizado- es particularmente importante porque está en el corazón de sistemas de trenes y canales fluviales por los que circulan bienes esenciales para los estados del centro del país. El corte abrupto de la producción e importación de petróleo crudo por Nueva Orleans significa que las refinerías en la zona -muchas también dañadas por el huracán- no pueden producir gasolina. La escasez sube los precios y la subida de los precios, unida a la ansiedad producida por la catástrofe amenaza con crear un pánico que puede disparar los precios aún más. No necesito seguir en la cadena de explicaciones, porque los peruanos sabemos muy bien lo que pasa cuando sube la gasolina: comienza con "in" y termina con "ón".
En una situación como ésta, cualquier presidente necesita por lo menos tres cosas: fuerzas de seguridad para llevar a cabo tareas de rescate y mantenimiento del orden, reservas de gasolina para controlar la subida de precios y un panorama mundial tranquilo para evitar una multiplicación de frentes. Y a Bush le falta todo eso. Primero: El 40% de los miembros de la Guardia Nacional en los estados afectados está en Irak y -aunque el gobierno lo niega- la falta de gente en el terreno tiene consecuencias graves en la situación humanitaria, la seguridad y las tareas de ingeniería. Se necesita gente para rescatar a los afectados que llevan 48 horas sin comida, luz ni agua potable en distintos lugares. Se necesitan helicópteros gigantes para llevar bloques de cemento y arena que cierre los diques rotos. Se necesita seguridad para prevenir los saqueos, para evitar estampidas, para proteger a las personas que han quedado aisladas, a los enfermos, a los niños, etc. Lo que está ocurriendo, por lo que podemos ver en las pantallas de TV son los primeros elementos de un pánico de consecuencias incalculables. Espero equivocarme.
Segundo: El precio de la gasolina que -con variaciones- estaba en poco más de 2 dólares el galón de 90 octanos sin plomo se ha disparado a más de 5 dólares en algunos estados del sur. El precio del barril de crudo en la bolsa de Nueva York está raspando los 70 dólares. También en la bolsa, el precio de los futuros de gasolina (es decir, el galón de gasolina sin considerar costos de transporte e impuestos) está ya en 2.61 dólares y -lo que es preocupante para los próximos meses una vez que acabe el verano- el precio de futuro del galón de gasolina para calefacción está en 2.05 dólares. Todo a la alza. El gobierno ha autorizado que las reservas estratégicas de petróleo se abran para darle crudo a las refinerías: EEUU tiene 700 millones de barriles de crudo almacenados. ¿El problema? Se necesita producir extra para compensar la pérdida y las refinerías no pueden hacerlo. En esa situación, EEUU tiene que arreglárselas con los stocks de gasolina que tiene y tiene que importar gasolina, sabiendo que eso empujará los precios de la gasolina aún más.
Tercero: el precio del petróleo ya era alto antes de esta crisis. La demanda mundial ha ido en aumento creciente en los últimos años, en parte debido a la masiva industrialización de China y de otras economías emergentes, lo que es un factor estructural que no depende de Bush, pero también en parte debido al efecto destructivo de la guerra de Irak y a la inestabilidad en el Medio Oriente, que es de su responsabilidad personal directa. Con los precios mundiales de energía altos, lo que menos quería EEUU es un estímulo adicional al alza. A esto hay que añadir que el presidente guerrero ha desperdiciado todo su primer gobierno deshojando margaritas en el tema de la búsqueda de fuentes alternativas de energía y una política nacional de energía recientemente aprobada por el legislativo hace muy poco por estimular a los ciudadanos a cambiar sus estilos de consumo. El gobierno y sus aliados en las grandes compañías petroleras estaban muy felices con la idea de quemar petróleo toda la próxima generación sin darle ninguna urgencia a la investigación de fuentes alternativas. "Después de mí, el diluvio" parece haber sido la posición, al estilo de Luis XV. El problema es que el diluvio -literalmente- ya ocurrió y ahora el Sr. Bush tiene que estar acariciándose nerviosamente el nudo de la corbata.
Esta es una sociedad donde el famoso "estilo de vida americano"depende -logísticamente- de un gasto fenomenal de energía. A despecho de la imagen de un país de rascacielos, este es un país donde las ciudades crecen horizontalmente porque la gasolina es barata y todo ciudadano tiene auto, por lo que puede darse el lujo de vivir en un bosquecito a cien kilómetros de la oficina. La familia americana promedio no vive en un barrio donde pueda caminarse a la esquina a hacer las compras, sino en un pueblo sin veredas donde hay que manejar diez minutos hasta el próximo mall y cargar las compras en un carro grande, una 4 x 4 que no da más de 30 kilómetros por galón. ¿Seguirá el "boom" de la construcción en EEUU una vez que los precios de la gasolina sigan subiendo y deje de ser económico construir ciudades dormitorio lejos del centro? ¿Qué va a pasar con la producción de carros grandes y con las fábricas que los producen?
En resumen: tres piezas fundamentales están ausentes cuando más se necesitaban. Por culpa de malas decisiones tomadas hace tiempo, habrá consecuencias concretas en la vida de la gente. Una vez que la gente empiece a ver los cuerpos abandonados en su pantalla, empezarán otras preguntas y una nueva fase del juego ¿cuál será el costo político de la situación? ¿Se usará la catástrofe para distraer a la población de lo que ocurre en Irak? ¿Se hartará la gente? ¿A dónde se han ido a meter los demócratas, que nadie los ve cuando se necesita un liderazgo alternativo?

lunes, agosto 29, 2005

Como el vuelo de las aves

Juan Infante
Banco de Soluciones para la Erradicación de la Pobreza – BANSEP.
Fellow de Ashoka
Publicado originalmente en http://www.changemakers.net/journal/300508/discussionesp.cfm

En los últimos días un inoportuno y cruel resfrío me ha tenido tendido en cama hecho papilla impidiéndome participar en este intercambio de ideas propuesto por Ashoka. Paradójicamente, los escalofríos de la fiebre y el querer y no poder participar en el debate me llevaron a recordar una plácida mañana del 2002 cuando, caminando por una playa del norte peruano, vi una esplendida formación de aves volando a dos metros sobre el mar. Preciosa imagen que seguí con atención durante esos cinco minutos donde la vida es eterna y todo puede ser entendido.
Esas gaviotas cruzaban el cielo veloces, en formación triangular, sin hacer el menor esfuerzo. “Que poderosamente suave es la aerodinámica” – pensé. Y yo, que en esos momentos andaba buscando la manera de convencer a un equipo de decisores de cambiar de prioridades de inversión encontré la respuesta en torno a la estrategia a utilizar.
En el mundo real hay ideas que se establecen en el sentido común y están ahí, instaladas en la sociedad y en sus organizaciones, ofreciendo la mayor resistencia a los cambios. Si uno quiere vencer esas resistencias tiene que primero organizar el nuevo conjunto de ideas; segundo, expresarlas de manera simple; tercero, dar datos probatorios de lo que se sostiene y; cuarto, demostrar en la práctica que funciona.
La capacidad de vencer suavemente las resistencias al cambio es lo que permite saber si un nuevo paradigma está listo para instalarse y si es poderoso. Un nuevo paradigma tiene, en el mundo de las ideas, el efecto aerodinámico del vuelo de las aves frente al viento: fluye.
Así, una idea bien sustentada, al abrirse paso en el sentido común local, nacional o global genera las condiciones necesarias para demoler toda la estructura previamente construida.

Negocios en la Base de la Pirámide

El Profesor C. K. Prahalah al expresarlas de manera simple y recoger data probatoria en su libro “La Oportunidad de Negocios en la Base de la Pirámide”, nos regala un par de esas ideas poderosas:

1. Atender con productos y servicios a la base de la pirámide contribuye significativamente a reducir la pobreza.
2. Los clientes de la base de la pirámide serán el gran mercado de las próximas décadas.

C. K. Prahalad confirma además algunas realidades que, a pesar de ser obvias, no dejan de sorprender de la misma manera a la gente de los MBA’s y la gente de las ONG’s:

· Los “pobres” son inteligentes.
· Los “pobres” compran.
· Los “pobres” ahorran.
· Los “pobres” se endeudan y pagan.
· Los “pobres” progresan.

He visto durante muchos años mucha gente “viviendo” a costa de negar estas realidades. Mucha gente, tanto gente de empresa como gente del sector social que negando lo obvio le ha negado posibilidades de desarrollo a millones de seres humanos. Personas que incluso se molestan cuando les dices que los “pobres” dejan de ser “pobres” o que se niegan a siquiera visitar un mercado porque no se encuentra dentro de su pequeño límite de confort.
Por ello me alegra el esfuerzo del profesor de origen indio C. K. Prahalah como antes me han alegrado los esfuerzos del peruano Hernando de Soto y del bangladeshi Muhammad Yunus que desde distintos enfoques y con distintos énfasis han agitado ya las alas y hoy se deslizan “sin esfuerzo” por el mundo con sus nuevos paradigmas.

Y ahora que

Decía que cuando un nuevo paradigma se instala en el sentido común de la sociedad y sus organizaciones las condiciones están dadas para demoler el statu quo que generó el paradigma anterior. Así, las ideas sustentadas en el “Las oportunidades de negocio en la Base de la Pirámide” nos dan esa posibilidad. Gracias al libro del profesor Prahalad, rápidamente el sector privado y el sector social están cambiando su visión y entendimiento acerca de las personas que viven en condición de pobreza.
Ahora viene la dura y revolucionaria tarea de encontrar la coherencia entre la nueva idea y las acciones que desarrollamos quienes hacemos negocios y quienes deseamos una sociedad más equitativa.
A lo largo de mi experiencia promoviendo el desarrollo de la pequeña empresa en el Perú he sido testigo de cómo las buenas intenciones de implementar negocios con la base de la pirámide pueden acabar en experiencias fallidas, por supuesto, también he sido testigo y cómplice de algunas experiencias exitosas.
El formato de esta discusión no me permite extenderme en reflexionar sobre estas experiencias, pero si me gustaría terminar con dos puntos.
El primero: que el problema principal para atender la base de la pirámide está en la oferta, no en la demanda. Es decir, el problema no son “los pobres”, sino todo lo contrario, somos los “ricos”: los que tenemos acumulado el capital, el conocimiento y la palabra, seamos del sector empresarial, del sector social o del sector público. Somos nosotros los torpes que no comprendemos como tener relaciones de mercado con la base de la pirámide. Somos propietarios de la oferta pero somos incapaces de hacerla accesible a una demanda ansiosa.
El segundo: la oportunidad que abre el paradigma sustentado por Prahalad va a generar una guerra laboral intensa. Se avecina un terremoto en el mercado de profesionales de las empresas y las Ong’s. La consolidación de este paradigma va a terminar devaluando tanto el valor de los ejecutivos MBA’s como de los profesionales de las ONG’s formados en el paradigma anterior.
En los próximos años, los nuevos reyes del negocio de las consultorías de mercado, de las reingenierías empresariales, la planificación estratégica en el sector social y la docencia universitaria de negocios y la gerencia social serán unos raros y aun escasos especimenes que hasta ayer porfiaban por ser escuchados. Ellos, hasta hace poco incomprendidos, todavía no saben que su valor en el mercado ha subido considerablemente. Llegó su momento. ¡Aleluya!

Pueden incorporarse a la discusión en Changemakers.net o aquí mismo.

miércoles, agosto 03, 2005

Seguramente... (El Panteonero en San Marcos)

Escrito por Tatiana Meza Loarte, estudiante de la Universidad de San Marcos, Lima - Perú.
En www.peruenrumba.blogspot.com

Seguramente, alguna vez hemos vivido aquella situación en la que nos ofrecen un huiro, para despejarnos y relajarnos un rato, y probablemente muchos de nosotros (no digo todos) lo hemos rechazado, porque existe una conciencia creada y estimulada de que las drogas, podrían crear y en efecto, crean una adicción, con lo cual retrasarías, tu desarrollo personal, porque nos han enseñado, mal que bien, que a las drogas se les dice no.
Pero… ¿alguna vez has rechazado un vaso de “chela”? o le has dicho no a tus amigos ¿cuando te han invitado para ir a tomar? es muy probable, que no lo hayas rechazado y que hayas ido gustoso, y serán contadas las veces, que lo hayas rechazado; porque en ti, existe la idea de que el alcohol es una simple bebida que te sirve para desestresarte, para animarte un rato, en fin para olvidar tus problemas.
Y no tiene (aparentemente) nada de malo, porque no eres un alcohólico que toma todos los días, sino sólo los fines de semana, por que te invitaron a una fiesta o algún evento. Y además, la sociedad no dice nada, porque todos toman, desde el Presidente hasta las personas que recogen la basura temprano por tu casa, en efecto, la sociedad nos ha enseñado (falsamente) que el alcohol, es un gran estimulante, un ejemplo de ello sucede en la literatura, donde ha sido alabada, e incluso aclamada como un medio de vida, no en vano, al vino se le conoce como el “néctar de los dioses” y el término whisky significa en galés “agua de vida”.
Pero, el alcohol y sus efectos, tiene un alcance mucho mayor, porque como te fuiste a tomar, no hiciste ese informe o no pudiste llegar a tiempo para ver a tus hijos acostarse, y te perdiste finalmente de vivir, porque el alcohol, produce pérdida del estado de conciencia, y te fallaste y también nos fallaste.
Pero, este es un caso individual, que se reproduce en todas los estratos de nuestro país, desde las altas esferas hasta los estratos más pobres, y es justamente ahí, donde la degeneración y la miseria que producen el alcohol alcanzan niveles insospechados, por que nadie les ha dicho, que el alcohol es un problema de adicción (que quienes lo padecen difícilmente, aceptan que tienen un problema con este liquido) y que no tiene cura, y lo peor, aún, que genera la pérdida de cualidades del hombre que la diferencian de los animales (infinitos son los casos de maridos que golpean, violan y matan a sus convivientes que ni siquiera son sus esposas, porque estaban borrachos). En ese sentido, para nadie es extraño, que en la comunidades de la sierra, cuando celebran las fiestas patronales, se consuma ingentes cantidades de alcohol, y donde es natural celebrar varios días, y por lo tanto estar borracho hasta los huesos, varios días.
Lo que sucede, es que no se comprende que el alcohol detiene el desarrollo de un pueblo, de comunidades, porque vuelve obsoletas mentes lúcidas, mentes que podrían dar ideas a fin de solucionar problemas referidos a sus necesidades básicas, y como nuestras comunidades están alcoholizados y por lo tanto no pueden dar soluciones, se crea la convicción de que los peruanos necesitamos ayuda del exterior, por que son los de afuera quienes saben, mejor que nosotros nuestros problemas y nos dirán que hacer. Pero el dirán que hacer, casi todas las veces se limita a un apoyo social, de darnos un poco de comida, por que somos incapaces de desarrollarnos, de salir adelante, que con 31 dólares, que el gobierno peruano pretende dar a cada familia, en su programa de Apoyo, que supuestamente aliviará sus necesidades, pero qué pasará con el desarrollo efectivo de aquellas comunidades que se entregan al alcohol, hay posibilidad de desarrollo, de que sus hijos alcancen mejores condiciones o condiciones dignas o acabaran alcoholizados como sus padres y las generaciones que les precedieron, ¿El alcoholismo, es un problema que sólo le atañe al gobierno, a los gobiernos regionales, locales? Nos parece que no, porque en principio, el gobierno, no cree que es un problema, además existen otras cuestiones, supuestamente más importantes que resolver, somos nosotros mismos, quienes debemos enfrentar este problema, por que si me preguntan, si fue culpa tuya o mía, responderé que ¡fue culpa de todos!
Pero, nosotros, que tenemos nuestros problemas, pocas veces nos detenemos a pensar en nuestros connacionales de las comunidades más alejadas, mas no todos andamos tan a prisa, y es el caso de la iniciativa de Juan Infante y Romina Cruz y el documental El Panteonero.
Con El Panteonero, no enfrentamos con una realidad, que no queremos ver, pero urge verlo lo más pronto posible, el documental nos relata cómo una sociedad, la comunidad de Huancapi, Ayacucho, se hunde en el alcohol.


PROPUESTA
Creemos que una de las consecuencias del alcoholismo es la pérdida de la dignidad, la dignidad no es solo un valor y principio constitucional, sino un sistema dinámico de los derechos fundamentales, que sirve como parámetro del Estado y de la sociedad, pero ¿esto funciona en una sociedad alcoholizada?, No, pues la dignidad del ser humano que se asienta en valores democráticos, no existe, porque las personas están alcoholizadas, no le puedes exigir a un pueblo que alcoholizado, que piense, porque no puede.
En ese sentido, El Movimiento Sanmarquino por la Verdad – MSV, como espacio que propugna el acercamiento de los estudiantes con la realidad peruana, en la defensa de los derechos humanos, conviene a los intereses de la lucha contra abandono al alcoholismo, la comunidad sanmarquina, debe conocer más a fondo qué es lo que sucede con la comunidad de Huancapi, porque no es una realidad aislada, sino es la realidad de nuestro país.

Finalidad
Esta casa de estudios, que agrupa a diferentes clases de estudiantes, con diferentes ideologías y tendencias, es el lugar propicio, para la difusión del documental, pues como sabemos, el alcohol está en nuestra sociedad más enraizada que nunca, y los estudiantes después de ver el video se podrán ir, sabiendo un poco más de nuestra realidad, y tal vez, se logre destruir ese sentimiento de insensibilidad y de indeferencia de los peruanos hacia los peruanos.

martes, agosto 02, 2005

Entre la Corrupdura y la Corrupcracia

Juan Infante
En peruenrumba.blogspot.com/


Los astros confluyen para que sintamos que en el 2006 a los ciudadanos peruanos nos gustaría elegir entre dos opciones de gobierno: la Corrupdura o la Corrupcracia. En esa disyuntiva muchos peruanos (muchos más de los que aparecen en las encuestas) apostarían si pudieran por una Corrupdura como la experimentada durante los períodos de gobierno fujimorista. Específica y directamente si no hubiese censuras, a estos compatriotas les gustaría poder reelegir a Alberto Fujimori.
Para muchos peruanos una Corrupdura como esa tiene ventajas sistémicas frente a la corrupción de cien cabezas que ofrece la Corrupcracia de los partidos políticos. Así que, ante la inexistencia de otras alternativas, creo que vale el esfuerzo ponerse a pensar acerca de cual de estos dos sistemas de gobierno es más beneficioso para el Perú.
Si nos ponemos SERIOS y hacemos el ESFUERZO de analizar la Corrupdura, no debería sorprendernos sus altas preferencias, más bien tendríamos que hacernos un SEVERO llamado de atención: a la Corrupdura no debería desechársele tan alegre y simplonamente.
Hay ventajas en tener un sistema centralizado de corrupción: es explícito y claro, sus procesos son previsibles, uno sabe con quien hablar y las decisiones se respetan hasta las últimas consecuencias. Es el paraíso de la estabilidad, las reglas son las reglas y, una vez que están hechas a imagen y semejanza, no varían a capricho ni por negociaciones bajo la mesa ni por presión popular. Uno negocia con el jefe y gracias a ello, en cascada, hasta el último funcionario tiene muy claro como actuar y actúa sin pedirle al beneficiario nada a cambio, las órdenes superiores se respetan. El pago se efectúa a la cabeza, una sola vez y punto. Ella se encarga de repartirlo entre los funcionarios de menor rango. Será caro, pero uno paga calidad de servicio.
Los principales beneficiarios de la Corrupdura, luego de los jefes y su entorno, son los pragmáticos, una tipología de empresarios y personalidades a los que les gustan las cosas prácticas y saben que esos asuntos del mercado y la competencia son una tontería; palabras bonitas pero cojudeces al fin. Esos empresarios pueden desarrollar negocios lícitos o ilícitos, negocios fronterizos (casi ilícitos, casi lícitos) o incluso manejar una plataforma de negocios donde se combina todo. Estos empresarios basan su éxito en decisiones o ausencia de decisiones del aparato público: privatizaciones, concesiones, autorizaciones, permisibilidad ante sus monopolios u oligopolios, preferencia en las compras estatales, juicios a favor en el ámbito civil o penal, uso de la fuerza pública, etc. Siendo socio de la Corrupdura, la cancha se inclina tanto a tu favor que meter goles, ganar por goleada y ser vitoreado es fácil, facilísimo.
La Corrupdura mantiene el país ordenado y eso les gusta a los ciudadanos: gerencia y controla el narcotráfico, el contrabando y hasta la delincuencia común sin escandaletes. Da de comer y a cambio exige tranquilidad a políticos, líderes gremiales, líderes de opinión pública, etc. La gente que se une a la Corrupdura es pagada puntualmente, no necesariamente con mucho, pero con lo suficiente para progresar, comprar el auto, la casita, ir al club, viajar y finalmente veranear con casa propia.
Para que el sistema funcione eficientemente debe lograrse, además, estrecha relación con amplios sectores de la población. A esos sectores hay que nutrirlos adecuadamente y proporcionarles algo de infraestructura, regalos y discursos que los hagan sentir bien. Si la Corrupdura hace eso con eficiencia (y a nivel nacional) contará con un amplio respaldo popular y, con ello, la estructura de negocios de los miembros del cuerpo de la Corredura queda asegurada por largo tiempo.

La pobre Corrupcracia analizada como ALTERNATIVA no tiene tantas ventajas para grupos específicos. En principio, en la Corrupcracia muchos partidos y muchos miembros de esos partidos quieren sacar su tajada. No hay mando unificado ni reglas claras. Hay que pasar por múltiples cajas y el negocio puede colapsar en cualquier momento, uno no tiene control de los resultados. En la Corrupcracia los períodos de estabilidad son muy pequeños y los interlocutores en las negociaciones en el Ejecutivo pueden variar cada tres meses. Lo más estable en la corrupcracia son los Poderes Judicial y el Legislativo y en ellos, sobretodo en el segundo, siempre se puede desatar el chongo y ya sabemos que la ciudadanía tolera el robo pero no el escándalo.
La Corrupcracia genera desorden nacional. Las instituciones no funcionan ni en sus sedes centrales ni en las regionales ni locales. El saqueo es generalizado y el lema principal “coge algo mientras puedas” parece estar presente en buena parte de los escritorios y uniformes de la administración pública y esa imagen destruye cualquier intensión política de tener sectores de la población a favor. Si no eres de los Capos, los períodos de vigencia en el poder en la Corrupcracia son pequeñísimos y las disputas sangrientas.

Es está la disyuntiva a la que nos vamos a enfrentar en el 2006, sólo tenemos dos opciones ¿Corrupdura o Corrupcracia? ¿Por qué no empezamos a hablar de cómo pasar de la Corrupcracia a la Democracia? ¿Por qué los generadores de opinión pública no cambian de agenda? ¿Por qué las Universidades y los intelectuales no toman en serio sus responsabilidades?

El escenario es trágico, patético y espero haber producido por lo menos algo de escozor en tu alma. ¿No quieres ni Corrupdura ni Corrupcracia? ¿Te parece un escándalo tener sólo estás dos opciones?
El Perú merece algo mejor por supuesto. Pero todo hace indicar que en el Perú la GENTE DECENTE no tiene la fibra suficiente para enfrentarse a los pendejos. Los DECENTES no nos compramos los pleitos de manera permanente, nos vencen fácilmente, somos flácidos, cobardes, comodones.
Un país no se construye desde la comodidad de tu casa o la tertulia rajona con los amigos. Un país no se construye con una purificadora presencia eventual en las calles. Los decentes tenemos dos opciones: o asumimos nuestra complicidad con la Corrupdura o la Corrupcracia (y nos dejamos de joder) o salimos del clóset, participamos activamente en la vida pública del Perú y damos la pelea todos los días, hasta siempre.

Pdta.
Hay una generación de decentes que está en edad madura para gobernar. Espero que decidan asumir su responsabilidad este 2006.