jueves, julio 20, 2006

Las Calles son para la Gente











por Paolo Puelles Dentone
publicado en www.peruenrumba.blogspot.com



Recientemente recibí un correo electrónico que comentaba la acción de un grupo de activistas, REBAR de San Francisco, Estados Unidos, que habían desarrollado una estrategia subversiva de ocupación urbana. La idea era ubicar un área verde para los peatones en una ciudad en la que el 70% se dedica al tránsito vehicular. Ellos se dieron cuenta que podían alquilar parte del espacio público destinado a los automóviles a través de los estacionamientos pagados. En este lugar ubicaron césped sintético, una banca y un árbol en una maceta, resultando un espacio transitorio de descanso para cualquier peatón agotado.

Hace algunos años, en Santiago de Chile, un grupo de jóvenes que tenían en común el gusto de desplazarse por la ciudad en bicicleta, decidieron obstaculizar el tránsito en la Plaza Baquedano o Italia, punto de convergencia vial y social en la zona céntrica de Santiago, reclamando sus derechos como usuarios de la vía pública. Ellos fueron retirados por la policía pero volvieron a las pocas semanas, allí; se metieron al metro, al cual está prohibido ingresar en bicicleta, pero esta vez con los noticieros cubriendo la noticia. Hoy, los Furiosos Ciclistas, nombre de la ya mítica agrupación, congrega a más de 700 personas el primer jueves de cada mes, en el mismo lugar pero ahora la policía, en lugar de reprimirlos, los ayuda. Actualmente en Santiago, cualquier usuario de la bicicleta (y ahora son muchos) se hace llamar Furioso Ciclista.

El sábado pasado, en la calle de las pizzas en Miraflores, algunos activistas se movilizaron desnudos en sus bicicletas, haciendo eco de un llamado desde España, protestando por la desnudez que siente un ciclista ante el tráfico, la agresividad y falta de respeto de los chóferes y la desidia de las autoridades en relación con el transporte no motorizado. Ellos indicaban que con la desnudez se hace visible la fragilidad de sus "carrocerías" que son más bien su propio cuerpo. Pocos fueron, menos los que se desnudaron, pero igual fueron golpeados por el serenazgo por exhibirse desnudos.

¿Qué tienen en común estas tres acciones? En ellas, la sociedad civil organizada se rebela para exigir algo que tiene bastante sentido común, un espacio frente al desenfrenado apetito de los vehículos automotores y la obsesiva defensa que los funcionarios públicos les hacen. Estos grupos buscan que sus ciudades sean espacios convivenciales, donde las personas puedan desplazarse, hacer compras, criar a sus hijos, jugar, compartir amistades y relajarse sin temor a ser atropellados ni ver reducido su espacio vital, confinándolos a veredas estrechas donde no puedan caminar con sus hijas o hijos de la mano porque no entran en el espacio que les dejaron las autoridades municipales al aumentar un carril vehicular más.

Las calles son para la gente no para los carros. Esa es una frase que he visto constantemente en los últimos años; noticias al respecto vienen de todas partes del mundo. Aquí en Lima también nos estamos dando cuenta que una ciudad hecha para los carros no es compatible con la calidad de vida que merecemos como seres humanos ¡Qué bueno es despertar!

lunes, julio 17, 2006

Pobreza rural en los países andinos


Juan Infante
publicado en www.peruenrumba.blogspot.com



Sumados son 25.6 millones de pobladores rurales en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, de ellos 17.6 millones son considerados pobres y eso significa el 68.75 % del total de la población rural. Es decir, apenas un 31 % tiene una calidad de vida mínimamante adecuada en las zonas rurales de los países andinos.

Las Paradojas

La pobreza en las zonas rurales de los países andinos cede muy lentamente a pesar del incremento de la inversión pública en obras de infraestructura, mejora en el acceso a servicios de salud y educación escolar y el aumento de presupuesto de los gobiernos locales.

Igualmente podemos decir que la pobreza rural cede muy lentamente a pesar de haber aumentado considerablemente la inversión privada en los territorios rurales gracias a diversos proyectos mineros, petroleros y gasíferos.

La pobreza y/o la sensación de pobreza no ceden a pesar que la magnitud de la inversión privada ha generado polos de empleo, mayor dinamismo en los mercados locales y presencia de actores conectados a la economía moderna y global.

La pobreza no cede aun cuando estas empresas además de la dinámica económica que generan, destinan recursos a disposición de las comunidades rurales vía sus programas de responsabilidad social corporativa y mecanismos de impuestos (canon) que revierten en los territorios y las poblaciones rurales.

A pesar de esta enorme disposición de nuevos recursos, la población rural andina está dando muestras de una enorme insatisfacción y frustración que ha llevado a constantes movilizaciones sociales que la enfrentan con las empresas privadas, los gobiernos locales; llegando incluso ha desestabilizar gobiernos nacionales hasta forzar renuncias presidenciales.

Con la mejor de las intenciones, esta insatisfacción popular ha pretendido ser paleada con una mayor dotación de programas asistenciales (entrega directa de alimentos, entrega de dinero en efectivo, entrega de bienes menores, auspicios de festividades, etc.) y entrega de más presupuesto para obras públicas y ampliación de servicios (médicos y educativos).

Pese a todo ello, la insatisfacción popular, sin embargo, no cesa y los indicadores económicos y de bienestar tampoco se elevan. Por el contrario, lo que crece y crece es la brecha entre los sectores económicos modernos y el sector tradicional andino y con esta brecha, crecen también las presiones populares por desesperadas medidas radicales.

Nuestra propuesta

La propuesta del BANSEP (www.bansep.org) plantea un cambio de paradigma para afrontar la pobreza en la zona andina: hacer responsables a los actores locales por su propio desarrollo y atacar la baja productividad de los recursos existentes en las comunidades rurales. Para romper el círculo vicioso de la productividad cero y la espiral de dependencia hacia recursos externos el factor clave es educar al recurso humano activo en las comunidades, facilitándole el acceso y el aprendizaje de conocimiento práctico relevante.

Esta es la manera única manera de superar de manera definitiva la gran anomalía que el paradigma actual no puede resolver: por más que se mejore la infraestructura, la tecnología disponible, el número de instituciones y servicios públicos, los recursos económicos e incluso se eleve el número de las organizaciones de base y se instituyan mecanismos de toma de decisiones participativos no se está produciendo una mejora sustancial en la calidad de vida del poblador rural ni reduciendo la dependencia de los recursos económicos y humanos externos.

viernes, julio 14, 2006

Para dejar la pobreza en el pasado


Juan Infante
publicado en www.peruenrumba.blogspot.com

No podremos dejar la pobreza atrás si nos concentramos en imágenes conmovedoras como la de niños cara sucia, pies descalzos y semidesnudos. El acto reflejo nos llevará a pretender lavarles la cara todos los días, limpiarles los mocos y vestirlos con nuestra vestimenta usada y de descarte.

Es así actuamos como las personas: vemos en el pobre (y siempre hay alguien más pobre que uno) al sujeto receptor de limosna y, por ello, pretendemos solucionarle su cortísimo plazo. Plenos de buenas intensiones, ansiosos por agrandar nuestro terreno en el reino del señor y reactivos ante el sentido de urgencia que brindan cifras impactantes pretendemos reemplazar a los padres de los niños.

Sin que nos importe y tal vez sin darnos cuenta, anulamos de esta manera la posibilidad que los niños tengan en sus padres un modelo de conducta a imitar; y sobretodo, anulamos a los padres como personas responsables: condenándolos a la condición de mendigos.
Con el tiempo y a medida que los niños crezcan, los padres se convertirán en lastre, pasado vergonzoso, historia oculta: marca indeleble.

Es esta filosofía de actuar individual caritativo la que está en el origen de todos los programas sociales de los gobiernos del mundo. Paradójicamente es esta filosofía la que explica el por qué aun no somos capaces de generar un mundo con menos pobres.

La mayoría de personas en el mundo está objetivamente en condiciones de valerse por si misma y por tanto, debería, también poder hacerse cargo de sus hijos durante el período en que ello es necesario.

¿Por qué ello no ocurre?
¿Por qué si objetivamente el ser humano es capaz de valerse por si mismo hoy casi el 50% de la población mundial es considerada pobre?
¿Por qué, destinándosele miles de millones de dólares al tema de la superación de la pobreza los resultados son tan desalentadores?

La primera respuesta está en la incapacidad de deshacernos del impulso caritativo que nos empuja a anular las capacidades del ser humano en condición de pobreza.

Cuando ese impulso caritativo se traslada de la esfera de los individuos e inunda los gobiernos y las agencias multilaterales el pobre se vuelve un mendigo miserable.

www.bansep.org