lunes, noviembre 21, 2005

El trabajo te hará libre


Entrada a Auschwitz. El primero de los campos de concentración que se instalaron en Oswiecim (nombre original en polaco) daba con ese cartel la bienvenida a los prisioneros: el trabajo te hará libre.
Los primeros presos llegaron el 14 de junio de 1940. Fueron 728 polacos. Prisioneros de guerra, resistentes a la invasión alemana.
Mucha gente viene aquí ahora por su propia voluntad. Muchos polacos, muchos judíos de todas partes del mundo y muchos otros como yo.
Me gustaría encontar un alemán.
Conversar con él, que me cuente qué piensa, que siente.
Tampoco puedo dejar de pensar en Perú. De mis visitas a Cayara, a Huancapi, a Fajardo, la fosa común aun sin desenterrar que deja ver pedazos de ropa al borde del precipicio detrás de lo que fue el cuartel militar en Huancapi.
Las guerras, los aparatos represivos y militares. Los partidos políticos. Escuelitas todas, ¿de qué? ¿para qué nos preparamos con tanto afán?
Campos de concentración, campos de degradación, campos de muerte.
Hay cosas que pueden avergonzarnos por el resto de nuestras vidas. Auschwitz debe ser una de ellas. Hiroshima y Nagasaki. Ayacucho, Cayara, la Cantuta, los penales.
Pero seguimos con las mismas escuelitas, seguimos, seguimos, seguimos...

Pasmado

Llego a Auschwitz. Debería decir llegamos, pero no.
Llego.
Aquí cada quien llega solo.
El chofer nos explica en su poco inglés que sacará los boletos, que hay una película, que nos espera en el estacionamiento para ir a Auschwitz dos. Nos separamos todos. Me confundo y entro a la sala de exhibición de la película cuando tocaba el turno de la versión en polaco.
Ciento cincuenta personas comparten la sala conmigo. La mayoría jóvenes polacos. ¿Qué pensarán ellos? ¿Qué sentirán? ¿Rabia, dolor, sed de venganza, pavor, miedo, nada? No entiendo nada de lo que dicen en la película. Sólo miro las imágenes. No se si las he visto antes pero las conozco igual. He visitado los museos del Holocausto en Washington y Londres. La casa de Ana Frank en Ámsterdam. Visto películas, leido libros. Hace como 10 años que trato concientemente de entender y no entiendo.
¿Cómo los europeos, cómplices finalmente todos, pudieron hacer y vivir esto?
Pienso.
Los miro.
Hace años que los miro tratando de entender.
Y no entiendo.

Silencio

Me preparo en silencio para Auschwitz.
Trato de no involucrarme en las conversaciones de mis dos acompañantes y tampoco le hago caso a los comentarios del chofer.
Miro los campos blancos a mí alrededor.
Blanco, blanco, blanco por todos lados.
Ahora hay casas cada tramo pero supongo que no fue así en la época de la segunda guerra.
Me imagino a los soldados alemanes caminando por campos helados por la nieve. Quiero entender, pero siempre me detengo cuando me pregunto cómo los alemanes pudieron llegar a este desquiciamiento masivo. Y paso a imaginarme a los polacos, resistiendo, huyendo. Menos preparados, indignados, sin botas. Con el mismo frío, con la misma nieve, sin la locura guerrera.
Y vuelven los árboles estirando sus ramas peladas cubiertas de nieve sobre la carretera, como brazos, con sus manos y sus dedos.

Auschwitz

Juan Infante

Voy rumbo a Auschwitz en carro desde Cracovia. Es la primera vez que estaré ahí y es por seguro que no será la última. Ha nevado toda la noche y en esta mañana oscura todo está blanco y frío. En el camino, de rato en rato, bosques de árboles pelados parecen extender sus ramas a la carretera. No puedo dejar de pensar en el millón de personas que ahí murieron. Esa escultura viva me remonta a las imágenes de la guerra. A los escuálidos prisioneros que sobrevivieron y, sobretodo, a los cientos de miles que fueron asesinados. Auschwitz.

miércoles, noviembre 16, 2005

NO IMPORTA QUE HAYA ROBADO

Sandro Venturo

¡No importa que robe, lo importante es que deje obra! Esta es la frase que resume, de forma contundente, la cultura política de gran parte de los peruanos y explica, además, porqué el expresidente prófugo guarda tanta simpatía ante ese público electoral disconforme y desconfiado. La verdad es que la corrupción de los políticos es posible, además de cíclica, porque es compartida por casi todos los ciudadanos.

Es necesario reconocer que el coautor de la red de corrupción más grande de nuestra historia supo interpretar una gran demanda: la gente, no sólo los más pobres, reclama protección así como un mínimo de atención, de reconocimiento. La exclusión social es nuestro principal problema nacional. Ciertamente el gobierno anterior respondió con eficacia a esto produciendo una sensación de orden a través del control de los medios de comunicación, mientras dosificaba una forma de inversión social que, como lo han demostrado los especialistas, sólo paliaba la desesperación de los más pobres. Así, se postergó la enfermedad.

El desprestigio de los demócratas y la convicción de los autoritarios es centenaria en un país de poderosas inercias, pero esto no excluye determinar cuáles son las deudas pendientes.

En mi opinión, las principales lecciones sociológicas de los años noventa fueron: i) el Estado post-populista no tiene autoridad (ni legitimidad ni poder), ii) las organizaciones politicas no tienen ninguna capacidad de construir una nueva forma de autoridad, iii) el desprestigio de la actividad política es muy poderoso por eso todo liderazgo carismático y anti-institucional es atendido por la gente, y iv) nuestra comunidad política - aquí incluyo a todos, gobernantes y gobernados, culpables e indiferentes - no tiene una idea compartida de cuáles son los puntos mínimos para hacer viable una sociedad atrapada hace décadas por sucesivas crisis.

Esto es lo que está detrás de los sucesivos escándalos de la farándula politica: somos parte de una comunidad incapaz de generar nuevas corrientes políticas que derroten la impotencia simbólica y material en la que vivimos. Como no podemos con nosotros mismos, esperamos que venga desde afuera (literalmente desde afuera) una autoridad que restituya un orden que calme tanta desesperanza. Eso significó y significa aún Fujimori: la corrupción de nuestra capacidad para producir, por nuestra propia cuenta, el bienestar que nos merecemos.

LOS ACTORES DE LA ANTI REGIONALIZACIÓN

Sandro Venturo Schultz
Sociólogo y comunicador



A continuación algunos apuntes para quienes, en estos días, estén evaluando qué sucedió el domingo pasado en todo el país.

1. Decir que el Gobierno es el principal derrotado es una tontería que evade la gravedad del fracaso compartido. Es cierto que Toledo perdió la oportunidad de lucirse en las pantallas del noticiero nocturno con las nuevas regiones. Pero no se puede ganar ni perder cuando no se ha apostado seria y decididamente. Como bien han señalado los analistas, al carecer de una idea clara de modernización y descentralización del Estado, esta regionalización estaba condenada al artificio. Una revisión de las indecisiones de los gobiernos regionales que participaron del proceso (y también de los que se abstuvieron) muestra que en el país no existe una agenda común sobre los principales aspectos de la reforma política que reclamamos los peruanos.

2. Aquí las principales derrotadas son las élites regionales, si es que algo así existe a lo largo y ancho del país. Es una derrota histórica. Desde los años veinte del siglo pasado la bandera de la regionalización ha sido levantada con insistencia por reformistas y revolucionarios, y la “inteligencia provinciana” no ha sido capaz de liderar un proceso que debió estar bajo su interés y responsabilidad. Que estas élites achaquen la derrota del domingo al poder centralizado de Lima no deja de ser una triste constatación de su negligencia y su pavor al cambio. Terratenientes sin tierra.

3. También los partidos políticos han sido derrotados. El APRA se ha “quemado” innecesariamente, bloqueando una iniciativa legislativa que no iba a frenar al NO. Los demás (PPC, PDD, AP, SM, etc.), destacaron por su ausencia. Nunca asumieron el protagonismo de los postulados que dicen defender. Una vez más se hace evidente que no representan ni le dan forma a las expectativas de la gente. El NO del domingo pasado es una nueva y rotunda expresión de eso que los politólogos llaman “brecha entre el sistema político y la sociedad civil”. Los politicos saben que no tienen la capacidad de seducir a los electores. Juegan y se traicionan por minucias.

4. También perdió la gente. Esa que se queja eternamente de Lima y sus tentáculos. Es imposible descentralizar la política y la economía del país mientras las poblaciones de los departamentos sigan viviendo y pensando como “provincias”. Que los departamentos pequeños se rehusen a construir potentes regiones para evitar ser tragados por los departamentos grandes solo evidencia una cosa: un sentido común anacrónico y desfasado en estos tiempos de mundialización.

5. Por supuesto que falló el Consejo Nacional de Descentralización, y con él este Gobierno sin visión programática ni voces concertadas. Es sabido que los funcionarios del CND trabajan muy mal y que no existe Gobierno Regional que esté satisfecho con el acompañamiento de Thais y sus “muchachos”. También fallaron las ONG, las agencias de cooperación y las instituciones civiles (universidades, colegios profesionales, entre otros) que apostaron a este proceso: no tuvieron la fuerza necesaria para revertir tendencias estructurales que se resisten, en todo el país, al cambio.

6. Acaso donde mejor se ilustra la distancia entre los especialistas y la gente es en la pésima campaña mediática que el CND y algunas ONG desarrollaron a favor del SÍ. Imágenes y argumentos “escolares”. Incapacidad plena para asociar las demandas de la gente a la promesa de la regionalización. Publicidad del cliché. La campaña por el SÍ parecía la transcripción audiovisual de los elementales conceptos que los funcionarios del CND difundieron sin pasión ni convicción.

Afirmar, entonces, que el Gobierno fue el principal responsable y que el APRA fue el principal obstáculo, no es sino demostrar cuán despistados están los actores de esta regionalización frustrada, derrochadora, inútil. El escenario es otro. El drama es otro.

martes, noviembre 15, 2005

3 modelos de sociedad (racionalizando la biografia)

Ninguna sociedad puede sobrevivir sin resolver el problema del trabajo domestico: la cuestion fundamental de atender a las necesidades basicas y perpetuar la especie a traves del cuidado y socializacion de la prole. Sin embargo, y a pesar de su importancia, las sociedades tienden a ignorarlo o a asumirlo como un hecho dado.

Cuando pensamos en el trabajo "productivo" pensamos en el trabajo que se lleva a cabo para transformar la naturaleza e ignoramos el trabajo "reproductivo" igualmente importante.Al ignorar u obviar el trabajo reproductivo ignoramos u obviamos a quienes lo llevan a cabo, en particular los individuos cuyos cuerpos llevan a cabo el embarazo. Asumimos que las mujeres se haran cargo del cuidado de lo domestico en la misma forma natural en que sus cuerpos se hacen cargo del embarazo y el amamantamiento.

Las sociedades tradicionales naturalizan el rol de la mujer como encargada del trabajo domestico y crean redes extensas que sostienen ese trabajo invisible. Las sociedades capitalistas, que incorporan a la mujer al trabajo productivo, comparten la ceguera de las sociedades tradicionales y terminan por cargar a la mujer tanto el trabajo productivo asalariado como el trabajo domestico tradicional.

Viviendo en el Peru, una pareja profesional donde ambos conyuges estan empleados puede tener hijos a sabiendas de que hay una enorme red familiar (de mujeres) que puede hacerse cargo de los hijos mientras los dos conyuges trabajan, o de que el trabajo domestico es subvalorado cultural y economicamente, por lo que es barato encargar los hijos a criadas, amas y profesoras. Esa misma pareja viviendo en Estados Unidos sin su familia o con una familia dispersa en el pais y en la estructura laboral tiene que pagar un sueldo altisimo por el cuidado infantil, al punto que una pareja con dos hijos debe considerar muy seriamente si su presupuesto estaria mejor si solo trabajase el miembro de la pareja que gana mas y el otro (generalmente la mujer) se quedase en casa.

Otro punto en donde nuestra invisibilizacion del trabajo domestico se mezcla con la asuncion de que la mujer debe hacerlo porque es lo "natural" es la licencia de maternidad. En las sociedades tradicionales no se necesita o se obvia, porque no se espera que la mujer trabaje por un salario y -por lo tanto- necesite una licencia de nada. Las mujeres profesionales en sociedades de ese tipo tienen que negociar cada una con su empleador, y lidiar con la expectativa social que deben quedarse en casa. En las sociedades capitalistas, la licencia de maternidad es un atentado a la produccion que debe reducirse y retacearse lo mas que se pueda, porque se supone que el trabajo ocurre en la empresa, no en la casa.

La licencia de maternidad en el Peru existe en los papeles -que es lo mismo que existir a medias- y se tiene que negociar cada vez. No son pocas las empresas que la niegan, que deciden no contratar mujeres o intentan por todos los medios controlar su fertilidad para evitar perdidas de productividad. La licencia de maternidad en el estado de Nueva York es de dos semanas. Sin pago. De modo que si una mujer que trabaja quiere quedarse mas tiempo con la recien nacida, tiene que utilizar sus vacaciones (dos semanas mas). Considerando toda la retorica republicana sobre los "valores familiares" es sorprendente lo poco que ha hecho la hegemonia republicana en este pais para mejorar las condiciones concretas en las que debe vivir una familia.

El resultado neto es que -en el Peru- las mujeres profesionales dejan de ser profesionales bien pronto, con lo que se le niega al pais de un repositorio inmenso de conocimiento e innovacion posibles. En EEUU, las mujeres profesionales tienen que decidir si quieren tener familia o tener una carrera, y por eso tantas clinicas de fertilidad para mujeres que han tenido que posponer un embarazo hasta los tardios treinta o tempranos cuarenta.

Distinta es la cosa en sociedades socialistas, donde el trabajo domestico si se considera trabajo y las mujeres no son invisibilizadas. En los paises nordicos, los centros de cuidado infantil son estatales y no le cuestan un sol (o una corona) a la familia; la licencia de maternidad y paternidad son una y la misma, y se pagan a 90% del salario normal por meses. Como es esto posible? Con el pago de impuestos muy altos (impensable en EEUU) en una sociedad muy productiva (no el Peru).

De modo que una pareja dano-peruana, digamos, con una ninha en edad pre-escolar, si vive en el Peru, puede estar "bien" en el sentido de "bien" de la clase media urbana. La crianza de su hija sera presupuestalmente manejable, pero habra que estar alerta a cada una de las infiltraciones del mundo tradicional en la casa: los estereotipos que la ninha aprendera, los modelos, las frases, el comportamiento que reproducen la nocion de que son las mujeres las que hacen esto y estotro, y los hombres los que hacen aquello y lo de mas alla. La misma pareja, en Nueva York, puede buscar en el inmenso mercado de todo lo imaginable que es esta ciudad hasta encontrar el lugar que mas se adapte a sus valores, pero por un precio. Al cabo de un rato, uno de los miembros de la pareja se pone a pensar en voz alta en su blog: maldita sea, por que no tratamos con Dinamarca? El danes no puede ser tan dificil, hvad siger du, lille skat?

Pero -claro- el cambio social no es lo mismo que la migracion individual. El cambio social es hacer cambios en la sociedad en la que realmente queremos estar. Implica aprender de los modelos mas interesantes, para abrir la conversacion en la sociedad donde quisieramos construir el suenho de una vida buena y justa. Es proponer a todos los que quieren conversar que si es posible aspirar a las tres cosas a la vez: una vida familiar plena, igual desarrollo profesional para hombres y mujeres, una comunidad activa y libre. No es eso a lo que habria que aspirar?

Y tu, lectora? Y tu lector? Donde quieres estar? Y si no quieres embarcarte en un avion sino traer la sociedad justa a la puerta de tu casa, no habria que empezar por discutir estas cosas?

martes, noviembre 08, 2005

Desarrollo Rural ¿Qué haria yo si volviese a ser un extensionista?

Compartimos con ustedes un excelente artículo de Polan Lacki, investgador brasileño en temas rurales (Los peruenrumba).


Polan Lacki
Email del autor: Polan.Lack@uol.com.br

Recientemente cumplí 40 años de ejercicio como ingeniero agrónomo extensionista. He decidido celebrarlo con la siguiente reflexión: qué haría yo, si después de cuatro décadas, tuviese que empezar todo, otra vez. Si ello ocurriese yo no le echaría a los demás la culpa por los problemas de los agricultores, no pediría que los demás solucionen sus problemas, no solicitaría que los gobiernos otorguen más créditos o subsidios a nuestros productores rurales, tampoco reivindicaría que los países ricos dejasen de concederlos a sus privilegiados agricultores.

Adoptaría tal actitud por estar convencido de que, seguir haciendo estos planteamientos estériles significaria perder tiempo; y por entender que existen cosas muchísimo más constructivas que un extensionista puede y debe hacer.
En reemplazo a todo lo anterior yo trataría de desarrollar las capacidades y competencias de las familias rurales para que ellas mismas puedan resolver sus problemas, sin necesitar de ayudas externas.

Con tal fin haría algo tan sencillo como lo siguiente:

1. Invitaría a los agricultores a un diálogo franco y realista en el cual les diría, sin rodeos ni medias palabras, lo siguiente: no pierdan tiempo esperando que los gobiernos, actuales o futuros, vayan a solucionar sus problemas, pues tal posibilidad es extremamente remota; no necesariamente porque los gobernantes no quieran, sino porque no reúnen - y no reunirán en un futuro previsible - las condiciones políticas, operativas ni financieras para hacerlo.
En virtud de la crónica inoperancia e ineficiencia gubernamental les propondría que adopten la medida radical de emanciparse de la dependencia del paternalismo estatal.

2. A efectos de demostrarles que ellos pueden disminuir su dependencia de ayudas externas y que ellos mismos pueden solucionar sus problemas, les diría lo siguiente:

a) Que, sin quererlo y sin darse cuenta, ellos mismos cometen errores que son importantes causadores de sus problemas y que, como consecuencia, ellos mismos pueden y deben evitarlos o corregirlos; les diría cuáles son esos errores y cómo corregirlos.

b) Que las ayudas del paternalismo estatal no son tan imprescindibles como suele afirmarse; para confirmarlo les describiría varias alternativas tecnológicas, gerenciales y organizativas, que ellos podrían adoptar, sin necesidad de contar con decisiones políticas ni de recursos adicionales a los que ellos ya poseen.

3. Les advertiría que, en el marco del neoliberalismo y de la globalización, ellos sólo podrán sobrevivir como agricultores si son muy eficientes; pero les añadiría que necesitan ser eficientes no sólo en la producción como tal, sino también en la administración de sus fincas, en el acceso a los insumos y en la comercialización de sus excedentes. Les diría que los agricultores parcialmente eficientes o ineficientes, desafortunadamente, serán expulsados de la actividad agrícola. Sin embargo, con el fin de que todos los agricultores, inclusive los más pobres, puedan volverse más eficientes, les recomendaría iniciar dicha "eficientización", adoptando medidas sencillas y de bajo costo.

Les demostraría que, en una primera etapa de tecnificación, ellos pueden volverse más eficientes, aunque no cuenten con animales de alto potencial genético, maquinaria sofisticada ni tecnologías de punta, pues en dicha etapa, estos factores escasos y de alto costo, suelen ser prescindibles. Para demostrarles dicha prescindibilidad, les describiría varios ejemplos de medidas que, aún siendo de bajo o cero costo, son muy eficaces en el incremento de la productividad de la agricultura y de la ganadería; ídem en la reducción de los costos por kilogramo producido; ídem en la obtención de mejores precios en la comercialización.

4. Los dejaría conscientes de que en el mundo moderno el éxito económico de los agricultores depende, muchísimo más, de conocimientos adecuados que de recursos abundantes. Por esta razón les sugeriría que no pierdan su tiempo protestando enfrente al Banco Central, al Banco Rural o al Ministerio de Hacienda, por la sencilla razón de que no es allá donde están las verdaderas causas de sus problemas.

Les propondría que hagan sus protestas frente a nuestro disfuncional sistema de educación rural (escuelas fundamentales rurales, escuelas agrotécnicas, facultades de ciencias agrarias y servicios de extensión rural), porque es allá donde están las causas más profundas del subdesarrollo rural y consecuentemente allá deberán ser eliminadas. Les sugeriría que se organicen, no para mendigar migajas de créditos paternalistas, sino para exigir que estas cuatro instituciones educativas proporcionen, a los extensionistas y a las familias rurales, conocimientos útiles, aplicables y eficaces en la corrección de las ineficiencias y por ende en la solución de los problemas de los agricultores y de la agricultura.

Les insinuaría que den menos oídos a los políticos elocuentes y más oídos a los extensionistas competentes y a los agricultores más eficientes.

5. A efectos de estimularlos hacia un desarrollo más auto dependiente, les enseñaría cómo efectuar los llamados diagnósticos constructivos o proactivos, es decir aquellos diagnósticos que buscan identificar las potencialidades y oportunidades de desarrollo existentes en sus fincas y comunidades; ídem las causas generadoras de sus problemas que puedan ser eliminadas por los propios agricultores; ídem los problemas que puedan ser resueltos por ellos mismos.

Les recomendaría que eviten la mala costumbre de realizar aquellos diagnósticos "paralizantes" que enfatizan las restricciones y amenazas, las causas de sus problemas que ellos no puedan eliminar y los problemas que ellos no pueden solucionar.

Justificaría lo anterior diciéndolesque estos diagnósticos paralizantes:

i) Son inocuos e inútiles porque conducen a "soluciones" que los agricultores sencillamente no pueden adoptar y

ii) Sólo sirven para quienes buscan tener buenas excusas para no asumir como propia la solución de sus problemas.

6. Iniciaría el proceso de modernización de la agricultura utilizando plena y racionalmente los recursos que los productores ya poseen. Es decir, empezaría por incrementar el rendimiento y la productividad de los recursos disponibles, antes de reivindicar que el Estado les proporcione una mayor cantidad de factores de producción.

Les indicaría que, como regla general, es más conveniente incrementar el rendimiento de una vaca o de una hectárea de tierra que aumentar la cantidad de vacas o de hectáreas.

Les diría que sus animales suelen producir poca carne, leche o lana, no necesariamente por falta de animales de alto potencial genético o de tecnologías de punta, sino porque están hambrientos; y les demostraría que los alimentos necesarios para incrementar drásticamente los rendimientos de la ganadería pueden ser generados en sus propias fincas, a través del mejoramiento de las pasturas y de la auto producción de raciones balanceadas.

Les añadiría que si sus vacas producen 4 litros de leche al día y un ternero a cada 22 meses o si sus hectáreas de tierra rinden 3.300 Kgs. de maíz, 2.090 Kgs de trigo, 3.200 kgs. de arroz, 712 Kgs. de frejoles/porotos o 60 Kgs de carne al año (estos son los rendimientos promedio de la agricultura latinoamericana), no les faltan vacas ni hectáreas, créditos ni subsidios, maquinaria ni instalaciones sofisticadas; les faltan conocimientos, muchas veces elementales, para que ellos sepan aplicar, de manera correcta, tecnologías acordes a los recursos que ellos ya disponen.

7. Les sugeriría que, a efectos de volverse menos dependientes de ayudas externas, adopten un desarrollo más endógeno que exógeno; un desarrollo que avance progresivamente desde adentro hacia afuera, desde abajo hacia arriba, desde lo más sencillo y de bajo costo hacia lo más complejo y de alto costo.

Les recomendaría que los factores de modernización más caros y escasos sean un complemento en la introducción de innovaciones tecnológicas, y no un condicionante para empezarla; o que su falta no sea una excusa para no iniciarla.

Les demostraría que a través de esta gradualidad, el más pobre de los agricultores puede empezar a solucionar, paulatinamente, sus problemas, sin necesidad de contar con decisiones políticas, créditos, insumos de alto rendimiento e inversiones de alto costo; porque a través de tal estrategia, la primera etapa de tecnificación permite generar los recursos necesarios para financiar la segunda etapa, y así sucesivamente.

Les indicaría que esta gradualidad contribuye a romper la inercia delos agricultores más conservadores, porque elimina el pseudo motivo (falta de ayuda gubernamental) que supuestamente les "impide" asumir como suya la tarea de corregir sus ineficiencias y solucionar sus problemas.

Les demostraría que, en muchos casos, los "motivos" que ellos creen que les "impiden" desarrollarse, son más ficticios que reales.

8. Les recomendaría que saquen provecho de las extraordinarias ventajas de diversificar la producción agrícola e integrarla con la producción pecuaria también diversificada, de modo que exista una especie de simbiosis, sinergia y complementación entre ambas.

Les diría que una finca adecuadamente diversificada puede desempeñar el papel de "supermercado", de "banco de crédito rural", de "compañía de seguros" y de "agencia de empleos"; porque ella genera alimentos parala familia y para los animales, ingresos, insumos y ocupación productiva para todoslos miembros de la familia durante todos los 365 días del año.

Les diría que la diversificación es la mejor "vacuna" contra la dependencia del paternalismo estatal y contra las incertidumbres y vulnerabilidades de clima, de mercado, de plagas y de enfermedades.

Les advertiría que el monocultivo los vuelve, excesiva e innecesariamente, dependientes del crédito rural, porque suele proporcionarles apenas una o dos cosechas (e ingresos) al año, mientras que sus gastos, productivos y familiares, ocurren durante todos los 365 días del año.

Les insinuaría que si el crédito rural fuese tan eficaz como suele afirmarse, no tendríamos tantos agricultores tan endeudados.

A los productores que disponen de una superficie de tierra muy limitada los capacitaría para que puedan reemplazar los cultivos de baja densidad económica (maíz, arroz, porotos/frejoles, trigo, camote, yuca, etc.) por otros más sofisticados y de mayor densidad económica (frutas, espárragos, flores, plantas aromáticas, medicinales y ornamentales, plantones de frutales, miel, etc.) que les permitan obtener altos ingresos en pequeñas superficies.

9. Estimularía la progresiva formación de grupos asociativos para facilitar y hacer factible la solución de aquellos problemas que ellos no pueden, o no les conviene, solucionar en forma individual, como por ejemplo: las inversiones de mayor costo y la reducción de los eslabones de las cadenas de intermediación de insumos y de productos.

Les sugeriría que no sigan cometiendo el siguiente "suicidio económico"que está tan generalizado en nuestra empobrecida agricultura:

i) Vender los ingredientes de las raciones balanceadas que ellos producen en sus fincas, al primer eslabón de la cadena de intermediación, con cero valor agregado, y... algunas semanas después

ii) Adquirir las raciones, que fueron fabricadas con los ingredientes producidos en sus propias fincas, con alto valor agregado, del último eslabón de intermediación.

Les diría que si siguen practicando este individualismo autodestructivo serán cada vez más vulnerables a la acción de expropiación de las multinacionales y de los intermediarios; y que seguirán, innecesariamente, pagando los fletes, los impuestos y los peajes para transportar las materias primas desde sus fincas hasta las fábricas de raciones y desde éstas hasta sus fincas de origen; todo ello pago con el sudor, el individualismo y la ingenuidad de los agricultores.

En resumen, les sugeriría que no vendan maíz, sorgo, alfalfa, soya, etc.; y si que transformen estas "comodities" en proteínas animales y estas, a su vez, en derivados de leche y carne con valor agregado.

Observación - Cómo llevar a la práctica esta estrategia emancipadora - basada en la capacitación para el auto desarrollo, en la gradualidad tecnológica y en la
diversificación productiva - está descrito en los textos de apoyo incluidos en la
sección "Artículos" de la Página web http://www.polanlacki.com.br especialmente en
los siguientes libros:
1. La modernización de la agricultura: los pequeños también pueden y
2. Desarrollo agropecuario: de la dependencia al protagonismo del
agricultor. Este segundo libro también podrá ser "bajado" de la siguiente página
web: http://www.RLC.fao.org/prior/desrural/reforma/10014s.pdf