viernes, enero 30, 2009

Sana, sana, sana, Corazón de Rana

¿Somos el escepticismo andante? ¿La generación que cree que los esfuerzos colectivos no funcionan? ¿La generación que no puede ponerse de acuerdo para que algo responda a sus intereses? ¿Por qué pensamos que no podemos hacer algo en conjunto por un "nosotros" ni siquiera en el edificio en que vivimos?
Quizás porque somos la primera generación en que las familias perfectas dejaron masivamente de funcionar.
Quizás porque hubo una revolución fallida - la de Velasco - y nunca hubo ni perdedores ni ganadores definidos sino sólo resentidos de una u otra parte, perdedores todos.
Quizás porque nadie puede reivindicarla a pesar que trajo en varios temas tanta modernidad.
Quizás porque los tíos se pelearon feo, durante años, porque estaban cojudamente en dos bandos irreconciliables.
Quizás porque existieron los derechistas, los comunistas y los apristas como posiciones irreconcilliables.
Quizás porque hubo que marcar diferencias entre los que llegaron a Lima primero y los que iban llegando después.
Quizás porque hubo que marcar diferencias entre los que se quedaron en las provincias y los que migraron.
Quizás porque la mayoría cojuda sacaba su pantone para ver si correspondía juntarse el uno con el otro, la una con la otra, los unos con los otros.
Quizás porque volvió la democracia y todos se comenzaron a pelear, en vez de construir.
Quizás porque apareció Sendero y sólo se podía esperar en casa, en silencio, con las luces apagadas.
Quizás porque ninguna estructura establecida funcionaba y tuvo que aparecer un ser del espacio (Fujimori) para que algo funcionara.
¿Son esos nuestros traumas? ¿Es que acaso queremos volver al cochecito?
Hemos vivido demolición tras demolición.
¿Eso es lo que nos hace una generación cobarde? ¿La generación del corazón asustado? ¿o simplemente somos una generación de deprimidos, de blandengues? ¿Nos llamarán la generación flácida? ¿La generación malagua, gelatina, la carente de columna vertebral?
¿Es que acaso a nuestra generación le quebraron el espinazo antes de comenzar a caminar?

¿Qué nos pasa? Qué ridículo temor es ese que nos lleva siempre a dudar o a sabotear la más mínima acción colectiva. ¿Por qué llevamos escrito en el pecho ¿PARA QUÉ HACER ALGO SI TODO VA SIEMPRE DIRECTO AL FRACASO?.

Si todo te lo pueden quitar o aplastar.

Bueno, ya somos adultos. Hemos entrado a la madurez. A la edad de las realizaciones. Es hora de tomar una opción. Nos vence nuestro pasado o nos conectamos con nuestro presente y construimos nuestro futuro. Sana sana sana CORAZÓN DE RANA.

viernes, enero 09, 2009

Transporte, ¿cómo salimos del desastre?


El transporte en el Perú es un desastre. Y todas las personas en el país nos transportamos en nuestras ciudades, de una ciudad a otra, en nuestro pueblo y de un pueblo a otro. Además, una buena parte de la producción de todo el país necesita transportarse. ¿Por qué entonces no priorizamos la agenda del transporte?

Es como absurdo ¿no? ¿Por qué diablos mantenemos ese absurdo? Sería bueno que los próximos candidatos presidenciales expongan claramente que van a hacer en materia de:

  • Transporte en las grandes ciudades: ¿cuál va a ser la relación entre el gobierno central y los gobiernos regional y local para garantizar el flujo de fondos oportuno para la mejora radical en los sistemas de transporte de todas las capitales departamentales del Perú? Hay varias anomalías severas: el tema de la contaminación ambiental y sonora, la lentitud del flujo vehicular y los cuellos de botella, las horas persona invertidas en el transporte, la indisciplina del peruano: conductor, usuario de transporte y peatón. Ojo, me dicen que Lima y Arequipa ya superaron la contaminación ambiental de Santiago. Nada de orgullo.
  • Transporte en pequeñas ciudades: plagadas hoy de mototaxis, camiones y combis de transporte interdistrital e interprovincial. Comparten en chiquito los mismos problemas de desorden, indisciplina y de contaminación sonora y ambiental. Una anomalía mayúscula para el tamaño de la población.
  • Política de carreteras, las grandotas, las asfaltadas, las que unen los pueblos.
  • Interconexión aérea.
  • Política portuaria.

Bueno, y esto puede sonar la mar de trillado, pero el asunto es que tenemos un desastre en todo nuestro sistema de transporte. Y lo vivido, oído, prometido y no cumplido en los últimos 30 años habla muy mal de nosotros como ciudadanos.

Que hay que meter plata, sí y a montones. Que hay que preparar técnicos en el tema, sí y a montones. Qué hay que especializar gente para que diseñe, evalúe y ejecute los proyectos, sí, muchas personas. Pero lo principal, hay que darnos un plazo corto para salir del estado calamitoso en que nos encontramos en materia de transporte.