Así las cosas, en estos mil días lo que tenemos es una sociedad más débil. Con insatisfacciones embalsadas que se pueden transformar en rabia. Que no ha madurado en prácticas de diálogo ni en tolerancia a las posiciones distintas. Una sociedad en la que unos pocos hacen lo que les da la gana y muchos miran indignados. Y esto que pasa en Lima, se repite en cada una de las regiones del país, en cada uno de los pueblos del Perú. La sociedad peruana no tiene columnas, es cada vez más una sociedad flácida, gelatina, malagua.
Alan está feliz porque esta vez siente que no la ha embarrado y en ese sentido aparentemente se está limpiando la cara. Los empresarios están felices con Alan porque creen lo mismo. Los medios periodísticos hacen eco de los empresarios y se tratan de convencer y convencernos permanentemente que Alan no la está reembarrando, por eso siguen en su rol de papel higiénico: si hay embarres procuran limpiarlos lo más rápido posible. Para el país que tiene acceso a la opinión pública que no la embarre el Presidente García se ha convertido en el mayor logro del segundo gobierno del Apra.
Mientras tanto el interior del país sigue caliente, el aparato estatal no funciona y Lima anda distraída. ¡Qué joda compatriotas!, con que poca cosa nos estamos conformando.
Mi síntesis: Alanomia
En estos mil días nada importante ha pasado. Este segundo período con el Apra en el manejo del Estado viene siendo anodino. Lo que es igual a decir que el Perú ha retrocedido. Porque en verdad, institucionalmente hemos retrocedido: hoy tenemos menos instituciones sanas en el Estado, no se ha hecho ninguna mejora organizacional en él y la sociedad peruana como sociedad no ha avanzado nada, está nuevamente podrida y sin resortes. Anomia. Alanomia.
Se podrá decir
Siempre podemos decir que el Perú está mejorando y dar como ejemplos algunos casos notables. Pero esos casos no arman una sociedad si es que no son integrados a la sociedad y se les permite que modelen la sociedad a su imagen y semejanza. La cocina peruana, las mujeres campeonas de Punta Hermosa (Sofía y Kina), … lo real es que esos son esfuerzos grupales y personales casi quijotescos; paridos y alimentados generalmente a contracorriente del Estado, los partidos políticos y del cogollo del poder empresarial limeño. Hoy el Estado, todos los partidos políticos y ese cogollo del poder empresarial limeño puede cacarear esos logros y hasta comprarlos pero claro, no los integran a su visión de país.
Lo peor
1. La antidemocracia
Lo peor del gobierno aprista es que ha dejado a la sociedad sin capacidad de reacción. Su aparato se propuso destruir cualquier voz altisonante y lo ha logrado. No recuerdo bien si comenzó con Construcción Civil o con el Sutep, pero los calló a los dos, entre amenzas de juicios a sus dirigentes y prepotencia. Luego siguió con los partidos políticos, los medios y los periodistas, los intelectuales, las Ong`s, …, no hay grupo o individuo que haya alzado la voz que no haya sido amenazado.
La vocación antidemocrática del Apra comenzó desde sus orígenes. El Apra ha bebido de los partidos totalitarios y es experto eliminar oponentes para hacer política sin oposición o en bloquear al gobierno cuando ellos no son gobierno. Destruir al oponente, destruir a los gremios, destruir las bases de la democracia; esa ha sido su leche materna: Hitler, Mussolini y Stanlin. Por eso hoy no hay oposición, no hay gremios que alcen la voz, no hay partido político que no esté amenazado por el poder judicial, no hay prensa vigorosa que pueda sostener una denuncia, no hay voz libre a la cual no le suelten los perros.
La sociedad se ha quedado sin instituciones que ejerzan su representación y aparentemente no existe espacio alguno para que surjan liderazgos nuevos, Alan está convencido de lo que dice: él determina quien pasa por el hueco de la aguja.
Así las cosas, en estos mil días lo que tenemos es una sociedad más débil. Con insatisfacciones embalsadas que se pueden transformar en rabia. Que no ha madurado en prácticas de diálogo ni en tolerancia a las posiciones distintas. Una sociedad en la que unos pocos hacen lo que les da la gana y muchos miran indignados. Y esto que pasa en Lima, se repite en cada una de las regiones del país, en cada uno de los pueblos del Perú. La sociedad peruana no tiene columnas, es cada vez más una sociedad flácida, gelatina, malagua.
Una sociedad así no tiene futuro aunque su PBI crezca 10% al año. No tiene futuro así la llenes de postes de luz o cañerías con agua. De celulares o de internet. Así le regales 100 o 1000 soles cada mes a su gente. Así la llenes de programas de vaso de leche o comedores populares. Así le construyas el silo o la cocina. Una sociedad que está impedida de pensar, de discutir, de decidir es una sociedad de papel.
2. En el banquete primero muerdo yo
Ese parece ser el lema de los mil días. Tremenda cosa la de los petroaudios que gracias a los cacomodos de los medios (qué verguenza), a la incineración voluntaria de Yehude Simons y la ausencia de sociedad civil ha pasado por agua tibia. Los audios dan cuenta de un nivel de corrupción superlativo en el nucleo central del gobierno, en el cogollo del Apra de Alan y no ha pasado nada.
Lo que no pasa por caja no pasa. El que no pasa por caja no pasa. Todo se detiene hasta que el asuntito no este resuelto. La reconstrucción de Pisco, la construcción y mantenimiento de carreteras, las concesiones, etc., etc., etc. En el banquete primero muerdo yo. Construyamos, licitemos, compremos, en esas cosas es fácil ponerse de acuerdo. Gobierno para saciar mis apetitos no para gobernar.
Con ello, la sociedad recibe un mensaje: ser gobierno es abusar, ser pueblo es aguantar. Tener poder político te autoriza a enriquecerte, tener un cargo, un uniforme, ser parte del Estado te autoriza hacer lo que te da la gana. El mal ejemplo cunde en cascada provocando rabia e indignación soterrada entre los ciudadanos que espera ser avivada. Una sociedad sin sociedad se molesta y se indigna con violencia y hay motivos de sobra.
Por ello el éxito de Keiko. Por ello el éxito de Humala. Por ello la demanda autoritaria. Hoy las carreteras están todas destrozadas, el Estado no hace nada, “el chino robo pero si hizo”. “Hoy el Estado no hace nada sólo roban”, “se necesita un gobierno duro alguien que corte cabezas” y por eso vuelve a sentirse Sendero y por eso la demanda de una autoridad con botas.
Mil días del Apra. Anomia. Sociedad sin sociedad. Corrupción. Resurgimiento de la vocación autoritaria. Festejar el continuismo económico es muy poca cosa. Debemos ponernos exigentes.
domingo, abril 19, 2009
Alanomia: Mil días de gobierno aprista
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